La polémica que ha generado en las últimas semanas el multihomicidio de la Colonia Narvarte está creciendo más y más. El Gobierno federal hizo una jugada de ajedrez al nombrar a Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, como la figura que atenderá el caso en el que se asesinó al fotoperiodista Rubén Espinosa. Campa de verdad goza del prestigio de la seriedad y del conocimiento de los temas de seguridad y justicia. Será difícil que las organizaciones que defienden a los periodistas digan que no hay un interlocutor válido o un funcionario serio cerca del caso, pues Roberto Campa goza de credibilidad entre periodistas e integrantes de todos los partidos.
Más de 100
La próxima Legislatura en la Cámara de Diputados heredará más de 100 iniciativas de ley que se tendrán que dictaminar. Es decir, que la carga de trabajo para los siguientes diputados empieza pesada y sobre todo con compromisos, por lo que antes de poder entrar de lleno al trabajo que ellos mismos se encomienden, tendrán que desahogar la chamba que les dejaron sus antecesores. Ahora también tienen la posibilidad de darle carpetazo a todo eso y meterse de lleno a lo que se vaya generando en la siguiente Legislatura. Habrá que ver qué deciden los legisladores, si darle prioridad al trabajo atrasado o de plano echarlo a la congeladora.
La despedida de Barbosa
Luis Miguel Barbosa realizó ayer su informe como Presidente de la Mesa Directiva del Senado. Fue un evento marcado por el apoyo y el cariño del PRI al legislador perredista. Más allá de que las invitaciones personalizadas al evento parecían las de una boda, Barbosa podrá presumir el resto de sus días las palabras de apoyo y reconocimiento del coordinador del PRI, Emilio Gamboa. El líder del rebaño tricolor exaltó el trabajo del perredista al asegurar que fue una presidencia de Mesa Directiva de izquierda pero abierta al diálogo, a la negociación, y sobre todo a los acuerdos. Barbosa se despide sin escándalos en una de las peores etapas que vive su partido.