No hay nada peor que un político que come santos y saca diablos, como decían las abuelas. Algo así se dejó ver en redes sociales el viernes pasado, cuando José María Martínez Martínez, senador del PAN y flamante secretario de la Comisión de la Familia y Desarrollo Humano del Senado –que presidió en un inicio–, despotricara en Twitter con palabras altisonantes contra una empresa de aviación.“Suelo no usar de esta forma el medio, hoy necesario. Chinguen a su madre @Aeromexico, pésimo servicio, caro y todos sus empleados con cada jeta”, escribió en @chemamtzmtz. Martínez es uno de los congresistas más conservadores. Se ha opuesto de forma sistemática al matrimonio gay, alegando que es una “moda” que puede descomponer a las familias. También ha pronunciado discursos en favor del amor de familia, de la que solo aprueba una, la tradicional. Basta ver el ejemplo de amor, compasión, defensa de los derechos humanos y humildad que dio con su mensaje para ver que es un hombre congruente en pensamiento y acción, ¿no cree?
El avance medicinal
La utilización de medicamentos que contienen cannabidiol, la sustancia extraída de la mariguana, va en aumento. A la par de que en el Congreso de la Unión formalmente se debate el uso lúdico y medicinal de la yerba, la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) dio ya dos nuevos permisos para el uso de esa medicina. Esta dependencia ha sido clave en el apoyo a los padres de familia que están convencidos de que pueden atender a sus familiares con estas sustancias. Más allá del debate político, la Cofepris ha actuado con un perfil técnico y sin burocracia.
A las vencidas
Nuestros políticos juran y perjuran que el narco no ha entrado en los pasillos del Congreso de la Unión, pero ellos mismos ya lo llevaron en sus ataques. El nuevo y más letal asalto entre las diferentes bancadas es acusar a la otra de proteger o impulsar a personas que –supuestamente– están relacionadas con el crimen organizado. Mientras los priistas piden a los panistas aclarar el affaire la diputada local de Sinaloa, el PAN ahora pide que el PRI explique cómo es que un operador del tricolor está relacionado con el narco. Lo peor es que, más que una petición de justicia legítima, aquello parece una competencia para ver quién es más cuestionable. Y esa es una carrera que, seguro, nadie quiere ganar.