La banda que rompió todas las fronteras y latitudes, que llegó a millones de personas en el mundo y que sigue causando eco a casi 50 años de su disolución, The Beatles, no se volverá a repetir. No habrá nadie como John, Paul, Ringo y George, nadie como el cuarteto de Liverpool.
Tomando como referencia el gran repertorio musical que dejaron estos artistas a la posteridad, es como el guionista Richard Curtis se enfocó para escribir Yesterday, el nuevo largometraje de Danny Boyle que es un claro tributo a la agrupación de rock que inició su trayectoria en 1960.
Hablar de cualquier detalle de esta cinta sería caer en un spoiler, por lo que es mejor ir y solo sentarse a ver el largometraje, sin siquiera ver el trailer —los verdaderos fanáticos de la banda lo agradecerán.
Además, para la película se tuvo la presencia a cuadro del artista Ed Sheeran, quien se interpreta a sí mismo, para ayudar a impulsar la carrera de Jack Malik, un presunto cantautor que está arrasando a nivel global por las melodías pegajosas que interpreta.
El actor Hamish Patel, quien encarna a Malik, cantó a cuadro sus interpretaciones, además de tocar la guitarra y el piano, sin necesidad de que esto fuese trucado en post producción.
Como un guiño hacia uno de los integrantes del cuarteto, en un suceso eje del filme, Malik, al ir pedaleando su bicicleta, es aventado por un autobús y pierde uno de sus dientes frontales, este mismo incidente le pasó a Paul McCartney en 1966; son el tipo de detalles en los que Curtis se inspiró e impregnó en su libreto.
La película fue hecha con 26 millones de dólares, gran parte de ese presupuesto fue invertido en las canciones del cuarteto de Liverpool, en tener los derechos para usarlas en el filme, al menos 17 llegaron al corte final.
Pero recuperar la cifra no ha sido complicado, ya que desde su estreno internacional, el 28 de junio, la cinta ha recaudado 130 millones de dólares y ahora falta ver cómo responde en el mercado nacional con su estreno este fin de semana.
Yesterday es una cinta cargada de nostalgia, de una realidad alterna, de un pasado que resulta presente, indispensable para cualquier melómano y cinéfilo que haya crecido con la música de The Beatles, además de que cuenta con el sello característico de Boyle; el de una comedia irreverente y con toques negros que desternillan a cualquiera.