Celuloide: La caída del imperio
Ante la falta de una real oferta cinematográfica en salas de cine, es evidente que el público ha dejado de acudir en plena crisis sanitaria, además del claro miedo al contagio en estos espacios cerrados, donde se ha afirmado que los contagios son bajos. Pero más allá de esto, es indignante que en verdad ni […]
Hidalgo NeiraAnte la falta de una real oferta cinematográfica en salas de cine, es evidente que el público ha dejado de acudir en plena crisis sanitaria, además del claro miedo al contagio en estos espacios cerrados, donde se ha afirmado que los contagios son bajos.
Pero más allá de esto, es indignante que en verdad ni Cinemex ni Cinépolis se han puesto las pilas, solo vemos películas realmente ridículas en cartelera, cine chafa y, seamos honestos, ¿quién quisiera pagar por ver eso?
¿De qué le sirvió a la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica lanzar una campaña llamada #VolvamosAlCine si no hay a qué regresar? Desde que se levantó la restricción del semáforo rojo (al que cada vez estamos más cerca de volver) el esfuerzo se enfocó en impulsar el cine mexicano en salas, pero ¿y qué si lo que queremos es mejor ver otro tipo de producciones?
Es indignante ver que hay maneras de incentivar a la gente, de crear reales campañas y estrategias de mercado, pero las exhibidoras del duopolio se aferran a contenidos mediocres como el espantoso remake de Las Brujas o cine churro de acción como Venganza implacable, o cintas de horror como En la oscuridad. Cinemex relativamente se salva ya que tuvo el reestreno de Volver al futuro (1985) en su 35 aniversario, y dio un ciclo de terror con filmes de culto como El resplandor (1980), Halloween (1978) y más.
El único estreno que queda remanente para este año es de la casa productora Warner Bros, con Wonder Woman 1984, para el 25 de diciembre, el que justo acaba de ser confirmado de manera simultánea para cines y la plataforma HBO Max (solo disponible en Estados Unidos), esto es un movimiento sin precedentes para un estudio hollywoodense, demostrando que hay espectadores tanto para el hogar como para las salas de exhibición.
En este momento, de raquíticos estrenos, me voy enterando que Mank, el nuevo largometraje de David Fincher ya entró a cines estadounidenses el 13 de noviembre pasado, porque llega directo a Netflix el 4 de diciembre, porque obvio este es su nuevo caballo de Troya camino al Oscar.
¿Y aquí en México? Solo Cineteca Nacional y Cine Tonalá la tendrán disponible mañana, porque los Ramírez y Larrea (Cinépolis y Cinemex, respectivamente) siguen reacios a ver la realidad comprobada por Roma (2018) y El irlandés (2019) de que el público puede convivir con los estrenos simultáneos en salas y en streaming, para que elijan dónde y cómo ver los nuevos lanzamientos.
Triste situación para quienes somos cinéfilos y además cineastas que deseamos ver buen cine en el cine, pero recuerden, que de llegar nuevamente el semáforo rojo, reponerse de ese cierre, muchos no podrán, ¿a caso los titanes de la exhibición sí sobrevivirían?