“Esta película es lo más parecido que he hecho a Pulp Fiction, (y también) es probablemente mi obra más personal. Pienso en ella como mi pieza de memoria. Alfonso Cuarón tuvo a Roma y la Ciudad de México en 1970, yo tuve Los Ángeles y 1969, este soy yo y el año que me formó, tenía seis años y este es mi mundo, esta es mi carta de amor a L.A.”.
Quentin Tarantino
Catalogar Había una vez en… Hollywood como la mejor película de Quentin Tarantino es una decisión personal de cada cinéfilo, que ni siquiera le corresponde a la crítica señalar como su obra maestra o la que viene a dejar como inmaculada su carrera fílmica.
Y es que apenas con nueve largometrajes, el cineasta amenaza con dar cierre a su filmografía con una cinta más, lo que ha venido pregonando desde años atrás y que podría suceder, incluso, con este filme protagonizado por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, pero el futuro está por verse.
Mientras, la ficción basada en los hechos históricos de los asesinatos de la familia Manson sigue recaudando en taquilla más de 180 millones de dólares, contra su presupuesto de casi 100 millones y este fin de semana entra en el mercado mexicano, prácticamente sin nadie que le haga competencia.
Había una vez en… Hollywood esconde un mensaje críptico en su título, que al término de la función será entendido por quienes vean el largometraje de época, y que tiene una respetable producción, ya que Tarantino logra, efectivamente, trasportarnos al último año de la década de los 60.
Volviendo reiteradamente al homenaje del género western, el realizador le imprime ya su característico sello a esta historia, porque DiCaprio encarna a Rick Dalton, un actor que se hizo famoso por protagonizar una serie televisiva de esta temática y quien se ha encasillado en papeles de vaquero, lo que lo tiene completamente frustrado, en lo que parece ser su ocaso en Hollywood.
Afortunadamente, Dalton cuenta con la amistad y auxilio de Cliff Booth (Pitt), quien ha sido su doble de riesgo en varias producciones. A este duo inseparable le toca atestiguar el ascenso mediático (y literal) de Roman Polanski, acompañado de su flamante esposa Sharon Tate, ya que son los vecinos del histrión, en la casa que se encuentra por encima de la colina californiana.
Bien ya lo dijo el mismo Tarantino, este noveno filme es su legado de lo que vivió en su infancia, sólo que contado a su manera, trasformando la realidad en un cuento de hadas, acorde a la imaginación sanguinaria del cineasta estadounidense.