En mi memoria permanecían vistazos muy lejanos de una película que llamaba la atención por sus efectos especiales, una cinta que causaba algo de espanto a los más pequeños y, hasta cierto punto, asco por lo que retrataba a cuadro. Las imágenes son vagas, un lugar repleto de mesas, caos y confusión entre personas, mientras unos ratones parlanchines se llevaban el protagonismo. Lo único que tengo presente es su título: Las brujas.
Este largometraje de 1990, estelarizado por Anjelica Houston, causó ruido en su momento, sobre todo en la crítica, ya que apreciaron tanto la actuación de la actriz, como su caracterización y el uso de marionetas de parte de Jim Henson, quien también produjo la cinta. Lamentablemente esto no se vio reflejado en taquilla.
Con el tiempo, Las brujas se volvió un filme de culto, y es recordado por este tipo de secuencias, en las que sin necesidad de efectos especiales computarizados, todo se podía resolver a cuadro, dando a resaltar el magnífico trabajo elaborado por el personal de producción.
La trama está basada en el libro del mismo nombre de Roald Dahl, publicado en 1983. La historia trata de Luke, un niño que se encuentra al cuidado de su abuela Helga en Noruega, quien le revela que las brujas son reales en el mundo, pero están disfrazadas de mujeres; sin embargo, hay signos particulares que las caracterizan, como que son calvas y usan pelucas, sus pies carecen de dedos y además tienen un olfato hipersensible para detectar a los niños.
Después de un incidente desafortunado, Luke y su abuela migran a Inglaterra y ahí se ve amenazado por una de estas harpías; aunado a esto, la salud de Helga se agrava y por disposición médica viajan a un hotel en las costas del Reino Unido, pero para sorpresa de ambos, ahí sucede un congreso anual de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños, que es la fachada del aquelarre.
A 30 años de distancia, la película se encuentra disponible en plataformas como HBO Go, además de que se hizo un relanzamiento en formato físico, y dándole una nueva vista, es que ahora tengo frescos los momentos de la cinta, pues hay imágenes que claro que resultan algo perturbadores para los niños.
Anjelica Houston es la Gran Bruja, aunque se muestra como una mujer altruista y de alta sociedad, pero cuando se encuentra con sus iguales muestra su verdadera personalidad, lo que saca el horror a cuadro, ya que es un ser repugnante.
Para lograr esta caracterización, la actriz pasaba seis horas en el camerino antes de cada día de rodaje y el mismo tiempo para cuando terminaban de filmar.
Las brujas (1990) es un clásico que merece ser visto, y de la nueva versión dirigida por Robert Zemeckis, pues, mejor ni hablar y dejarla en el olvido.