Poco más de 90 años tuvieron que pasar para que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS), al fin, reconociera que en el mundo también se hace séptimo arte digno de ganar el Oscar a Mejor Película. Donde México, Italia, Francia, Suecia y China fracasaron, Corea del Sur triunfó este 2020 con Parásitos.
Y es que Roma (2018), de Alfonso Cuarón, se quedó sin llevarse la máxima presea el año pasado, pero esta no ha sido la única cinta nominada a Mejor Película con otro idioma ajeno al inglés, de hecho este círculo internacional ha sido bastante reducido, ya que en los 92 años que lleva la AMPAS, sólo 11 largometrajes de estas características habían sido seleccionados para contender por la estatuilla dorada.
El primer filme fue La grande illusion, de 1937, el cual provenía de Francia. Esta producción ha sido consagrada por la crítica internacional, además de ser apreciada como una de las mejores películas que ha entregado el cine francés.
Tuvieron que pasar 32 años para que otra cinta internacional llegara a ser mencionada entre los competidores a Mejor Película: Z, de Costa-Gavras, perdió en aquella ocasión contra Vaquero de medianoche, filme controvertido, por ser el único en la historia de la AMPAS con clasificación X en coronarse con la máxima presea.
Por dos años consecutivos Suecia llegó al premio final de los Oscar, The Emigrants y Cries and Whispers, de 1971 y 1972, respectivamente, estuvieron presentes en la ceremonia estadounidense, y nuevamente sucedió un hiato de 22 años para que otra producción lograra estar entre los largometrajes a Mejor Película; en 1995, tocó el turno para Italia con Il Postino.
El país europeo repitió la hazaña tres años después con La vida es bella, de Roberto Benigni, en esa ocasión el cineasta logró llevarse a casa el Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera y Mejor Actor, su celebración es ampliamente recordada entre los cinéfilos, por haber brincado efusivamente entre los asientos del Dorothy Chandler Pavilion.
A partir de este momento, la brecha entre más largometrajes extranjeros nominados a Mejor Película se hizo más corta, ya que El tigre y el dragón (2000) continuó con la mención, después Cartas, de Iwo Jima, en 2006, aunque esta cinta fue producida por estadounidenses, pero hablada casi en su totalidad en japonés; Amour en 2012 y finalmente Roma y después Parásitos.
Sin duda esta es una celebración mundial para el séptimo arte, es un paso a la modernidad y el reconocimiento a las culturas de otras naciones en momentos, además, de amplia xenofobia marcada por la presidencia de Donald Trump; casi pasó un siglo, pero la Academia demuestra ahora ser plural.
Ahora, la duda es ¿cuánto tardará en ganar un sistema de streaming en esta categoría? Eso sí que estará por verse.