La semana pasada hablamos de El cuadrado de Sator, palíndromo de cinco palabras que en parte nos ayuda a saber un poco más de Tenet (2020), el largometraje más esperado en verano y que después de postergarse en tres ocasiones, al fin llega a salas y también con cierto retraso a México.
Hay una gran expectativa en torno a si Tenet podrá o no activar el negocio fílmico, sobre todo el de las exhibidoras; de entrada puedo decirle que las preventas para ver la cinta en este primer fin de semana están prácticamente agotadas, en torno a la capacidad limitada del 30 por ciento.
El cuadrado de Sator fue tomado por Christopher Nolan para darle vida a este largometraje, las palabras que lo conforman desprenden sucesos que van concatenándose en la trama, por ejemplo, el antagonista, interpretado por Kenneth Branagh, justamente empieza por tomar y encabezar el enigma al llamarse en la ficción así, Andrei Sator.
Uno de los sucesos clave de Tenet ocurre en un recinto de Ópera, Arepo es un fasificador de arte, y Rotas es una compañía que fabrica bóvedas especiales para los sucios propósitos de Sator.
Entonces, ¿de qué va esta producción audiovisual? Sin caer en spoilers, me apegaré a lo que Nolan ya ha mencionado previamente, que él ha sido un ferviente seguidor del cine de espionaje al estilo James Bond, por lo que quiso hacer su propia versión, pero evidentemente, las cosas con la receta de este cineasta británico salen bastante distintas a lo ordinario.
El realizador agrega un factor clave, el tiempo, el cual funciona distinto a como lo tenemos concebido en nuestra cabeza, deja de ser lineal. Nolan lo define como “inversión” y desarrollar este concepto le llevó alrededor de 20 años; el guión que vemos en pantalla simplemente se tardó en escribirlo cerca de siete años.
Previamente, también mencioné que Tenet es como la gimnasia cerebral, porque va hacia adelante, pero al mismo tiempo hacia atrás, e intentar explicarlo de manera escrita es bastante complejo, supongo que precisamente redactar e idear esta historia fue algo más que arduo y entenderla también.
Simplemente la primera vez que el coprotagonista Robert Pattinson y Nolan se encontraron para hablar del desarrollo del largometraje, su conversación duró tres horas, el histrión sintió que incluso tuvo una baja de presión arterial, debido a la concentración que demandaba el pensar en las secuencias que le proponía el director.
Mi consejo para quienes vean Tenet por primera vez sería: vivan la experiencia, por favor en IMAX, y concéntrense en verdad en la película, sin la distracción del teléfono celular. Disfruten este espectáculo de ciencia ficción que además reta al asombro que damos por sentado, en estos días donde casi nada nos sorprende, pero Nolan, seguro nos dejará con algo más que una reflexión para estos tiempos donde se vive una pandemia global.