Esta semana se dio a conocer que en Nueva York apareció un reloj gigante en el lado sur del Union Square, evidentemente llamó la atención de manera inmediata, porque en este se anuncia un futuro aterrador, que podría cumplirse en siete años, aproximadamente; este contador de tiempo se llama Climate clock.
El proyecto que es impulsado por miembros de la comunidad científica, artistas y activistas, es una alerta que comenzó de manera teórica en 2015 y que se ha ido actualizando año con año, para reflejar las emisiones de carbono que impulsan el cambio climático del planeta. Apenas el año pasado se hizo presente físicamente en Berlín y ahora llegó a la Gran Manzana.
¿Para qué sirve este reloj? Para seguirnos alertando sobre que en verdad estamos acabando con la Tierra, se prevé que el siguiente año esta instalación haga su aparición en París, justo afuera del Palacio de Louvre; además, invitan a que más ciudades del mundo se sumen a poner su propio contador regresivo, esto en la página climateclock.world.
Y si del tiempo fatalista hablamos, también hay que resaltar el Doomsday clock, que se hizo público en 1947, gracias al Boletín de los Científicos Atómicos, y es una metáfora de cómo los avances científicos y tecnológicos representan una posible amenaza para la existencia humana. Cuando se dio a conocer el reloj estaba a siete minutos de llegar a medianoche, teniendo como límite, justo, las cero horas del día siguiente.
Conforme han pasado los años, el minutero ha ido avanzando o retrocediendo, acorde a lo que la comunidad científica cree que es un riesgo inminente o un momento de tranquilidad para la humanidad. En 1991, el reloj marcó su retroceso más significativo con las 23:43, ya que los Estados Unidos firmaron el tratado de reducción de armas con la Unión Soviética, mismo que se disolvió ese mismo año.
Pero este 2020 se ha presentado la hora más crucial en el Doomsday clock, marcando las 23:58 con 20 segundos para alcanzar la hora del apocalipsis, ya que las tensiones internacionales de Estados Unidos han ido en aumento, más la falla catastrófica por detener el sobrecalentamiento global.
Si bien recordamos la novela gráfica que ha sido aplaudida como la equivalente al Quijote del mundo de los cómics, Watchmen, publicado entre 1986 y 1987, este contador está a cinco minutos antes de la medianoche y esto sucede en un octubre de 1985 paralelo a nuestro mundo.
A 35 años de esta realidad alterna en el cómic que ha sido adaptado a película en 2009 y que el año pasado se hizo una secuela directa de la historieta en mini serie de HBO (que dicho sea de paso se coronó en los recientes Emmys con la presea a Mejor serie limitada) Bill Gates pronostica lo que ya se decía entre el vulgo y especialistas, que el coronavirus estará entre nosotros posiblemente hasta el 2022.