El documental ‘Llévate mis amores’ de Arturo González Villaseñor entra en cartelera comercial después de dos años de su estreno en el Festival de Cine de Los Cabos y promete enternecer el corazón del público ante la vida de las patronas, ejemplo de mujeres incansables que ayudan al migrante que monta La Bestia, entregándoles su cariño en un taco que basta como muestra de su amor
¿Alguna vez se han puesto a pensar que la comida de casa, esa que hacen las abuelas, sabe a amor?
De igual manera, cuando se recurre a una comunidad rural, bastan un par de tortillas al comal, frijoles de la olla, chile y sal para dar una mordida y probar un delicioso taco que parece que en la vida había sido tan buen manjar, y ahí nos decimos ¿es acaso el hambre o realmente es tan rico como creemos?
Tal vez detrás de esa magia o ese pensamiento existe una razón justificada que, aunque parezca absurda, le da sentido a nuestro apetito voraz, y es el hecho de que la comida, aunque sea una tortilla o una cucharada de arroz, está hecha con amor.
Es así, a través de ésta metáfora de que la comida está hecha con amor y se vuelve amor, que Arturo González Villaseñor nombró a su documental “Llévate mis amores”, a manera de reflexión de cómo es que éste “amor” que se va en forma de comida le aporta cariño y voluntad para seguir adelante a los migrantes que siguen su paso arriba de La Bestia, ese tren que cruza México y lleva en su paso a los indocumentados que buscan el sueño americano.
En 2014 González Villaseñor pudo estrenar su ópera prima en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos, donde tuvo un éxito rotundo hasta las lágrimas, esto porqué logró tocar el corazón de los presentes y desde entonces, su éxito no se ha detenido.
Dos años después es que ha terminado su éxodo por festivales y otros circuitos independientes para ahora, al fin, tocar puerto en cartelera nacional y llegar a todo el público mexicano.
Para el joven documentalista no fue tarea fácil editar el cerro de horas que le dejó visitar la comunidad de Guadalupe en Veracruz, donde éstas mujeres realizan ésta labor de caridad no porque les sobre el dinero, sino porque tienen mucho amor para dar.
“Llévate mis amores” es un bello ejemplo de cómo se entrega la vida sin una recompensa a cambio, dar por el gusto de ayudar, y cómo es que esas mujeres están dispuestas a verter su corazón, porque en cada migrante ven reflejadas sus esperanzas, a sus propios hijos que buscan un lugar en el mundo, por seguir luchando adelante.
Ahora que si al salir de la sala les da la ansiedad de correr hasta el pueblo de Veracruz y ayudarle a las patronas a aventar el lonche a los pasajeros de La Bestia, no se preocupen, las mujeres aceptan manos amigas, con un kilo de frijol, con una bolsa de pan, o una docena de huevos, ellas se dan por bien servidas para seguir su labor, y continuar entregando ese amor que se va.