Soñando la distopía
“¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, fue la incógnita con la que Philip K. Dick abrió la discusión en torno a las máquinas pensantes y dio título a la novela de 1968 que 14 años después llegó a los cines bajo un nombre mucho más cautivador.
La visión del escritor fue tomada por los guionistas Hampton Fancher y David Peoples que con la lente del cineasta Ridley Scott y la actuación estelar de Harrison Ford sentó un antes y un después en la ciencia ficción: “Blade Runner”.
Hidalgo Neira“¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, fue la incógnita con la que Philip K. Dick abrió la discusión en torno a las máquinas pensantes y dio título a la novela de 1968 que 14 años después llegó a los cines bajo un nombre mucho más cautivador.
La visión del escritor fue tomada por los guionistas Hampton Fancher y David Peoples que con la lente del cineasta Ridley Scott y la actuación estelar de Harrison Ford sentó un antes y un después en la ciencia ficción: “Blade Runner”.
La cinta llegó a los cines el 25 de junio de 1982 y aunque no tuvo un gran éxito comercial, se volvió un clásico de la cinematografía mundial.
Paradójicamente, Scott tomó el nombre de otra novela del mismo nombre publicada en 1974 y escrita por Alan E. Nourse. La obra también tiene la temática de ciencia ficción pero no tiene nada que ver con la narrativa de K. Dick.
El filme ha sembrado un legado internacional en la manera de hacer cine y es una referencia obligada visual y de efectos especiales, además se incrustó en el imaginario colectivo la idea de cómo sería el futuro 37 años después.
Después de un prólogo escrito que describe cómo los replicantes son modelos avanzados de androides sumamente parecidos a los humanos y estos son cazados por agentes especiales llamados Blade Runners, la película inicia con una toma aérea de la ciudad de Los Ángeles, es noviembre del 2019 y la urbe ahora está consumida por la contaminación, la sobrepoblación e invadida por anuncios que promocionan la vida en colonias del espacio.
El largometraje contó con la música de Vangelis, la que inmediatamente se volvió un ícono que trascendió por su composición electrónica y por crear una atmósfera que iba de la mano a la distopía visual de Scott.
Poco antes del estreno K. Dick falleció y aunque no pudo ver la cinta completa, se sintió complacido con la reescritura del guión por parte de Peoples, además de que el estudio le permitió ver 20 minutos de pruebas de efectos especiales.
Entre algunas de las influencias que ha marcado la producción de Scott, ha sido en la realización de “Batman inicia” (2005) en su estilo visual, ya que Christopher Nolan mostró la película a todo su equipo y al finalizar la proyección les dijo “así es como haremos a Batman”.
Lo impensable sucedió y a más de tres décadas de discutir una continuación, finalmente llegará la secuela este 2017, en la que vuelve Ford para compartir crédito protagónico junto a Ryan Gosling y en la dirección está el quebequense Denis Villeneuve.
Scott decidió pasar la estafeta y quedarse como productor ejecutivo, mientras que Fancher volvió como guionista ahora acompañado de Michael Green. En esta ocasión, la historia está situada en 2049.
¿Qué habría pensado Philip K. Dick de esta continuación? ¿Acaso perseguimos en sueños un mundo distópico que ya es real?