La Comisión especial para la Línea 12 de la Cámara de Diputados dio muestra de algo nunca antes visto.
Todas las anteriores comisiones especiales no habían servido para nada, o bueno, habían servido en realidad para espantar con el petate del muerto. Recuerde usted aquella que investigó a los hijos de Martha Sahagún de Fox o más recientemente la que investigaría la relación de los funcionarios de la pasada administración con empresarios casineros.
Lo cierto es que esta vez trabajaron rápido y rápido dieron con que sí hay un responsable en el tema de la Línea 12 y es, entre otros, el ex jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard.
Todo indica que el dictamen que responsabiliza al otrora mejor alcalde del mundo, subirá hoy al pleno y ni los perredistas podrán hacer nada.
A ver si, para que no piensen mal los ciudadanos, los priistas y panistas le ponen el mismo empeño a otros temas como el de casinos o como el Sistema Nacional Anticorrupción.
Corderos vs. Maderos
Una nueva edición del Super Bowl se está haciendo en el Partido Acción Nacional. Y es que luego de que se viera al senador Ernesto Cordero disfrutando a lo grande de la famosa justa del Futbol Americano –en lugar de asistir al inicio de los trabajos en el Congreso– en el PAN se están dando con todo.
Justo como lo hicieron los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Halcones Marinos de Seattle, Cordero y el líder nacional del PAN se disputan con su mejor defensiva.
Gustavo Madero aseguró que se investigará al legislador porque su actitud manchaba la imagen del PAN.
De inmediato vino el revire y Cordero le respondió que mejor investigara los moches relacionados con diputados cercanos al líder nacional albiazul. La única diferencia entre el enfrentamiento de los panistas y el del Super Tazón es que los partidos de la NFL duran cuatro cuartos, y la bronca entre los panistas parece que durará toda la vida.
Vocación equivocada
Los políticos mexicanos tienen muchas veces errada su vocación. Y es que en lugar de hacer lo que les corresponde hacen la chamba de otros. En la reunión de ayer ante la ONU en Ginebra, el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Juan Manuel Gómez Robledo, pidió un minuto de silencio por los 43 estudiantes desaparecidos. En realidad, aunque fue un acto de buena fe, se sale de todo protocolo pues el gobierno mexicano debía simplemente asistir y rendir su informe. Pero parece que al funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores le salió su vocación sacerdotal.
