Aunque la Secretaría de Relaciones Exteriores utilizó el adjetivo “lamentable” para calificar las declaraciones del gobernador de Texas, Rick Perry, que pudieran ser diplomáticamente correctas, lo cierto es que no solo son lamentables, sino que también son condenables.
Y es que por más que al gobernador de Texas le haya molestado que el gobierno mexicano condenara la militarización de la frontera de Texas para tratar de impedir que miles de niños centroamericanos se reúnan con sus padres, el gobernador Perry no debería culpar al gobierno mexicano de un presunto fracaso.
Si los niños de Centroamérica atraviesan la frontera de México y la de los Estados Unidos para reunirse con sus padres, no es porque haya fracasado el gobierno mexicano para detenerlos en la frontera con Guatemala.
El fracaso corresponde a todos los países involucrados, incluido Estados Unidos, que no han podido asegurar que los padres de esos niños tengan un empleo bien remunerado en sus lugares de origen.
Mientras el precio de la mano de obra en los Estados Unidos tenga un diferencial tan importante con los salarios latinoamericanos, el problema de los cruces ilegales seguirá existiendo.
Por un lado la economía norteamericana seguirá demandando la mano de obra “barata” del otro lado del Río Bravo, y por el otro, habrá trabajadores “hispanos” dispuestos a correr toda clase de riesgos con tal de tener un trabajo mejor remunerado que el que pudieran encontrar, si es que encuentran, en sus países de origen.
¿Sin ideología?
Con toda seguridad los electores se la pensarán dos veces para volver a votar por alguien como Miguel Ángel Mancera.
Y es que por más que el jefe de Gobierno insista en que su gobierno solo “conduce, administra y orienta, pero no milita en ninguna ideología”, lo cierto es que las “limitadas definiciones ideológicas” son las que le dan carácter a cualquier gobierno del mundo.
Hasta en los Estados Unidos, por más que Republicanos y Demócratas sean de “derecha”, hay notorias diferencias ideológicas cuando gobiernan los demócratas o gobiernan los republicanos.
Triste cumpleaños
Que se recuerde nunca hubo un festejo más triste que el que celebraron ayer las cúpulas panistas con motivo de su 75 aniversario.
Y es que la dirigencia de ese partido ha sido incapaz, ya no de rescatar las simpatías que tenían entre la ciudadanía en el año 2000, sino hasta para entusiasmar a su propia militancia.
No solo perdieron el gobierno, sino también el Partido.