Para La Maga
Es la frase que enuncia el excéntrico aviador dentro de la trama de la nueva adaptación de “El Principito”, que llega este viernes a la cartelera mexicana, tanto en su doblaje en inglés, francés y mexicano.
Esta cinta es una “nueva adaptación”, ya que en 1974 se estrenó una versión actuada (sin ser animada) con poca aceptación, a pesar de contar con la actuación de Gene Wilder en el papel del zorro.
Y hablando de olvidar, es bastante trágico que en su mayoría la gente desconozca el destino que tuvo el autor original del libro: Antoine de Saint-Exupéry era un emprendedor en la aeronáutica que misteriosamente –como el piloto de su obra– se perdió en un vuelo para nunca volver.
Se presume que el 31 de julio de 1944 Saint-Exupéry tomó un avión del escuadrón de misiones de inteligencia de reconocimiento en las que se encontraba en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, y nunca se supo de nuevo de él.
El debate de sus restos ha tomado álgidas discusiones internacionales con el paso de los años pero, en el fondo, todo sigue siendo un misterio.
Volviendo a la nueva película, su narrativa ofrece una clara reflexión tanto para padres como hijos, ya que esta es una adaptación con añadiduras de la obra de Saint-Exupéry, pues el cuento original se inserta dentro de un contexto actual para mejor explicación de las nuevas generaciones.
Y el entramado funciona al presentar la historia de una niña imaginativa y una madre obsesionada por que su hija lleve al pie de la letra un programa de control para su futuro y la excelencia académica, sin tiempo ni motivos como para estar distraída con más actividades o la posibilidad de tener amistades… cualquier similitud con un universo orwelliano totalitarista es mera coincidencia.
Pero cuando ambas se mudan a un nuevo e impecable fraccionamiento moderno, ninguna se imaginaría que tendrían a un locuaz personaje de vecino.
Es así como un hombre de tercera edad con buenas intenciones y mucha jovialidad por dentro, le cuenta a la pequeña acerca de El Principito.
La mezcla de animación tridimensional generada en computadora para el tiempo presente, más la que se manipuló cuadro por cuadro para las secuencias literarias del cuento de Saint-Exupéry es una belleza a cuadro curtida con música de Hans Zimmer.
Las reflexiones que llegan del texto original de 1943 son piezas clave para el motor de la historia y su desarrollo en la parte final. Sin caer en los spoilers, la frase “crecer no es el problema, el problema es olvidar” engloba toda la cinta que contó con un presupuesto de 57 millones de euros.
El Festival Internacional de Cine de Morelia contó con la presencia del director Mark Osborne, quien dio el banderazo oficial para el recorrido de la cinta en salas mexicanas.
Al cineasta se le vio acompañado en todo momento de un peluche en forma de zorro, tal como el de la película.
Más allá de que la cinta se presente como un filme infantil, ésta invita tanto a padres e hijos a reflexionar acerca de la vida, si es que realmente se está ejecutando lo que deseamos y lo que en verdad queremos para nuestro futuro.
Recuerda, nunca olvides.
