Dándole continuidad al artículo de la semana pasada, revisaremos hoy lo que significan en el argot asegurador deducible y coaseguro

Deducible y coaseguro

Dándole continuidad al artículo de la semana pasada, revisaremos hoy lo que significan en el argot asegurador deducible y coaseguro. Para ello me remontaré a la década de los setenta, cuando tuve mi primer acercamiento con este maravilloso mundo de los seguros. Recuerdo perfectamente cómo funcionaban los productos de gastos médicos mayores. Las personas pagaban […]

Dándole continuidad al artículo de la semana pasada, revisaremos hoy lo que significan en el argot asegurador deducible y coaseguro. Para ello me remontaré a la década de los setenta, cuando tuve mi primer acercamiento con este maravilloso mundo de los seguros.

Recuerdo perfectamente cómo funcionaban los productos de gastos médicos mayores. Las personas pagaban las cuentas hospitalarias, los honorarios médicos y/o quirúrgicos, las medicinas, los tratamientos y todo lo que se requiriera. Acto seguido “reclamaban” a la aseguradora el siniestro, documentando todo lo ocurrido y adjuntando las notas, recibos y facturas de los gastos incurridos. La compañía de seguros revisaba, autorizaba y pagaba.

En este relato me viene a la cabeza el nombre del nicaragüense más ilustre de la historia. Me refiero a Félix Rubén García Sarmiento, conocido como el gran poeta Rubén Darío, quien en su poema, “Los motivos del lobo”, apunta: “En el hombre existe mala levadura…”.

¿Qué tiene que ver esto con los seguros de gastos médicos mayores? Ah, pues muy sencillo. Algunas personas, entre ellas clientes, médicos y administradores de clínicas y hospitales, se dieron cuenta de que las aseguradoras “pagaban todo”. Y sí, como ya habrás adivinado, empezaron a abusar indiscriminadamente al incluir en un evento de apendicectomía hasta pañales para bebé… al fin que “las compañías de seguros tienen mucho dinero”. Además, reclamaban literalmente hasta un curita.

Más allá del tema moral y ético (en otra ocasión retomaré el poema de Rubén Darío, lo que opino y comparto de esta obra), la gente no entiende que cuando una empresa que vende seguros tiene muchos siniestros, los que terminamos pagando esas pérdidas somos los que compramos dichos productos, pues nos suben el costo. Así de sencillo.

En pocas palabras, las aseguradoras tenían que buscar la forma de frenar los abusos, por un lado, y por el otro, ver la manera de que la gente no pidiera pago de cosas nimias. De ahí es que se pone una “barrera” a partir de la cual empieza la responsabilidad de la compañía de seguros. Dicha barrera es el deducible, que se define como “los primeros pesos a cargo del asegurado”. La aseguradora sólo cubre los montos que superen el deducible pactado en la póliza de seguro.

Adicionalmente a este deducible, al asegurado se le hace “partícipe” de la pérdida (es decir, lo que se gastó) con un porcentaje del total de lo que se indemnizará. Esto es el famoso coaseguro. Con estos dos elementos se busca reducir la frecuencia (reclamos centaveros) y la severidad (montos muy elevados).

Así funcionan los seguros de gastos médicos mayores. Apréndelo.

Recuerda: “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.

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