Quienes tuvieron la oportunidad de circular ayer por la avenida Reforma a las 11:00 de la mañana, se pudieron dar cuenta que la columna de maestros empezaba frente al edificio del Senado y terminaba a la altura del Auditorio Nacional.
Se quiera reconocer o no, la manifestación de ayer fue una clara demostración de la capacidad financiera y logística de la Coordinadora magisterial para movilizar al mismo tiempo a tanta gente.
No dejó de ser sorprendente el aguante de los maestros que pese a la lluvia permanecieron ayer por más de nueve horas afuera de la Secretaría de Gobernación esperando una imposible “solución”.
El problema es que ante la incapacidad del Gobierno Federal y el de la Ciudad de México para resolver los problemas, empiecen a proliferar las agresiones entre los maestros y los ciudadanos del DF.
Y es que los capitalinos también están ya hasta el copete de los bloqueos de los maestros.
Ya empiezan a haber peligrosos indicios de que los ánimos están calientes, y de que la situación puede salirse en cualquier momento de control.
“No te preocupes Rosario”
Una buena explicación debe estar preparando Rosario Robles para explicar las presuntas irregularidades en que ha incurrido la Dirección General de Tecnologías de Información y Comunicaciones de la Sedesol, a cargo de María Antonieta Villarreal Sánchez Villela.
Y es que en esa dependencia se asignaron en forma directa dos contratos de arrendamiento de equipo de cómputo por cerca de 350 millones de pesos, violando lo dispuesto por la ley general de adquisiciones.
Para empeorar más las cosas, resulta que los equipos arrendados por la asignación directa son de segunda mano, lo cual se opone a las especificaciones establecidas en los contratos.
Y por si esto fuera poco, resulta que los proveedores no se están haciendo cargo de instalar los equipos, como era su obligación, sino que esas tareas las ha realizado personal de la Sedesol de acuerdo a las grabaciones que se obtuvieron de su circuito cerrado.
Manía monopólica
Aunque el Gobierno de Colombia resolvió multar ayer con 45 millones de dólares a una de las empresas de Carlos Slim por limitar la competencia, todavía está por verse si el gobierno colombiano sí puede hacer efectiva la sanción o si también resulta doblegado como hasta ahora lo ha sido el Gobierno Mexicano.