Desde mi palco: Lobos, negocio perverso

Dos más dos son siempre cuatro, meter 120 Millones para recuperar y ganar quizá más del doble es privilegio de buenos negociantes que aprovechan un reglamento amañado y kafkiano. La BUAP es una gran institución, orgullo no solo de Puebla sino de nuestro país, solo que el sueño del entonces Rector José Doger, a mediados […]

Dos más dos son siempre cuatro, meter 120 Millones para recuperar y ganar quizá más del doble es privilegio de buenos negociantes que aprovechan un reglamento amañado y kafkiano. La BUAP es una gran institución, orgullo no solo de Puebla sino de nuestro país, solo que el sueño del entonces Rector José Doger, a mediados de los 90s, de formar un equipo que ascendiera paso a paso de 2ª al Ascenso y de ahí a Primera fue movido, seguramente, más por la afición al futbol que debió dejarse en el nivel Universitario de Ligas de Ascenso pero que la Rectoría se hizo de consejeros que quisieron imitar a Pumas o Tigres con modelos de negocio similares que nunca funcionaron en Lobos, este Consejo, entre los que estaban ex jugadores de la Franja, arma finalmente un equipo Profesional sin Universitarios que va desde comprar una franquicia de 2a que desaparece a los pocos años, porque Rectoría no puede sufragar los gastos para sostenerse en el fut semi-profesional.

OTRA VEZ LA CALENTURA

El proyecto “Lobos BUAP” no avanza, hay apariciones y desapariciones fugaces, por ahí se traen la filial del Necaxa, que se convierte en Lobos BUAP con el apoyo y presupuesto del Ayuntamiento y del Gobierno Estatal a cargo del ex Gobernador Mario Marín, aún así el proyecto sigue atorado, va y viene, hasta que en el 2012 arañan el Ascenso perdiendo la final con el León, que así logra el regreso a la Primera después de casi una década de quedarse en el intento. Lobos BUAP mantiene consistencia sin brillar mucho, hasta lograr un inesperado Ascenso a la Primera de la mano de Rafa Puente Jr., echando a los favoritos Bravos FC y Dorados de Culiacán.

DESPERTAR A CACHETADAS

Una cosa es soñar, otra lograr y, lo más difícil, quedarse, los Lobos fueron devorados por las exigencias de 1a División que van desde reforzarse para presentar un equipo competitivo, un contrato de Televisión que tardaron en concretar hasta muy avanzado el torneo, principalmente por la falta de arraigo con una afición escasa e indiferente, la apuesta por la Comunidad Universitaria no tuvo un eco real, el Estadio lucía vacío excepto cuando llegaban América, Chivas, Pumas o Cruz Azul, cuyos aficionados siempre fueron mayoría sobre los “Locales” Lobos.

Fue un despertar doloroso, a cachetadas, sin arraigo, ni afición, provocó indiferencia de patrocinios, un raquítico contrato de TV, presupuesto limitado y obligados a vivir de jugadores prestados, sin ingresos, la debacle era cuestión de tiempo.

EL NEGOCIO DE MÁS DE 120 MILLONES

Finalmente llega el descenso del año pasado, aparece entonces un grupo discreto de inversionistas que con el beneplácito de la Rectoría se quedan, beneficiándose del nuevo reglamento arriesgando, esto es un negocio, esos 120 millones.

La pregunta hace un año era simple ¿A qué se quedan en Primera si no tienen ni afición, ni proyecto, un bonito Estadio pequeño no futbolero, tampoco hay presupuesto amplio para operar?

La respuesta llegó hace unas semanas cuando se conoce que no hay plantel propio, se le debe dinero a jugadores que son prestados, se va el Técnico Paco Palencia y se “filtran” negociaciones del “Grupo Inversionista” para venderlo a otra plaza, confirmándose lo que suponíamos, el equipo se armó con lo indispensable para quedarse un año solo a sobrevivir, salvar la categoría con un modelo de trabajo que daba risa, sin jugadores propios, solo algunos de nivel y muchos de medio pelo prestados, el único objetivo salvar la categoría, vender más caro, recuperar la inversión y adiós. Aquello de un Patronato estilo Pumas fue solo un disfraz en una plaza sin afición, ni arraigo, ejemplo de todo esto fue el llamado “Derby” Poblano en el Estadio de la BUAP, el 31 de marzo pasado, la tribuna no llegó ni a la mitad y asistieron más aficionados de la Franja que de Lobos.

Al final los inversionistas y sus comparsas recuperan sus 120 mdp, venden en sobreprecio, más de dos veces la inversión, la franquicia se va a Cd. Juárez en donde sí hay afición de sobra, una temporada extra en Primera para un equipo que nunca debió ascender, donde un grupo de visionarios por el negocio invierte fuerte, recupera y gana, círculo perverso aprovechando un reglamento también amañado y perverso, así de fácil…

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