Desde mi palco: WGC-México, “nuestro” mundial de golf
No podemos perder la capacidad de asombro pero sí acostumbrarnos, disfrutar y apoyar con nuestra asistencia para que nuestro país mantenga y pueda sostener dos Torneos de Clase Mundial en semanas consecutivas, del 19 al 23 de este mes el WGC – Mexico, World Golf Championship México que convoca a más de 40 de los […]
Alfredo Domínguez MuroNo podemos perder la capacidad de asombro pero sí acostumbrarnos, disfrutar y apoyar con nuestra asistencia para que nuestro país mantenga y pueda sostener dos Torneos de Clase Mundial en semanas consecutivas, del 19 al 23 de este mes el WGC – Mexico, World Golf Championship México que convoca a más de 40 de los top 50 golfistas líderes del planeta, encabezados por el carismático y campeonísimo irlandés Rory McIlroy, una semana después el Abierto Mexicano de Tenis con 9 de los top 20 del mundo encabezados por Rafa Nadal.
EL MUNDIAL DE GOLF WGC-MEXICO
Uno de los llamados “Torneos Elite” del mundo se jugará del 19 al 23 de febrero en el Club de Golf Chapultepec de la Ciudad de México, un campo corto pero muy retador, me comentan mis asesores y aficionados también muy expertos, mi amigo Ricardo Pasquel y mi hijo Rodrigo, golfistas de afición y corazón.
Ellos me dicen que uno de los grandes retos para este “field” (grupo) de lujo con los mejores golfistas del planeta es, sin duda, la altura de la Ciudad de México, aquí la bola vuela un 20% más que en el nivel del mar y eso implica asegurar los golpes tratando de no “volar” la pelota más allá de los “greenes”, zona de pasto super fino, en donde se encuentra la bandera y el hoyo.
Los jugadores y sus equipos tienen sus aparatos y formas de medir distancias, fuerza y hasta puntería, pero una cosa es la telemetría y otra es hacerlo realidad cuando vienen acostumbrados a jugar en campos al nivel del mar, o con alturas no significativas, esto implica también aprovechar ese empuje extra para “subirse” al green en menos golpes de lo marcado como “par” o número de golpes teóricos en cada hoyo y así poder realizar su “aproach” al hoyo con menos presión para embocar la bola, ¿suena fácil? Pero que difícil resulta hacerlo, es el encanto y el reto del golfista cuyo principal rival es uno mismo y ya después superar a los demás… así de fácil…