Desencanto en Nueva York
Justamente cuando la NFL llega a su etapa crítica, a su etapa emocionante, al momento en que podemos buscar ya las definiciones de los playoffs, cuando la Conferencia Americana tiene dos grandes dominadores: Pittsburgh y los Patriotas de Nueva Inglaterra, ¿quién más?. Y por la Conferencia Nacional aparecen los cuatro grandes, algunos de ellos sorpresivamente, […]
Alfredo Domínguez MuroJustamente cuando la NFL llega a su etapa crítica, a su etapa emocionante, al momento en que podemos buscar ya las definiciones de los playoffs, cuando la Conferencia Americana tiene dos grandes dominadores: Pittsburgh y los Patriotas de Nueva Inglaterra, ¿quién más?. Y por la Conferencia Nacional aparecen los cuatro grandes, algunos de ellos sorpresivamente, como los Rams, que le están dando a la ciudad de Los Ángeles una razón para regresar a que volteen los ojos a la NFL, como lo hicieron durante algún tiempo.
Por otro lado, también están ahí cerquita los Vikingos de Minnesota, que podrían se el primer equipo, por qué no, en jugar un SuperBowl en casa después de 52 años que ninguno ha logrado hacerlo.
Y pues los Santos de Nueva Orleans, que se han reinventado y están ahí de regreso y sin duda alguna las Águilas de Filadelfia, que creo que llegaron para quedarse.
Pero de todo esto no disfruta la ciudad de Nueva York. Este fin de semana en el partido que se jugó en el estadio de los Jets y de los Gigantes, los boletos en la parte alta del estadio bajaron su precio en la reventa hasta los 28 dólares y algunos se vendieron en 20, no hay interés en ver a mis Jets de Nueva York que además tienen el uniforme más feo de toda la NFL.
Y los Gigantes, no es que hayan tirado la toalla, es que han fracasado rotundamente en una División en la que podrían haber sido protagonistas, las Águilas de Filadelfia se han ido solos y los Vaqueros de Dallas se han comprado una pistola y se han disparado en el pie una vez más.
Pero esta ciudad que es extraordinaria, que lo puede todo, estará bajando la cortina por la NFL con mucha anticipación, pero muy pronto ahí está el basquetbol, el hockey y también ¿por qué no?, pensar en esta resurrección prematura de los Yanquis de Nueva York para el próximo primavera-verano y quizá hasta mis Mets de Nueva York den alguna satisfacción.
Esta ciudad no descansa, esta ciudad es maravillosa y esta ciudad puede con todo.