Está más que claro que el Grupo Financiero Banorte-Ixe podrá presumir ser el banco fuerte no solo de México, sino del nuevo sexenio que arranca el primero de diciembre.
Baste revisar lo que sucedió en la cena que el pasado miércoles se dio en el Alcázar del Castillo de Chapultepec y que se convirtió en un evento de múltiples lecturas.
Era la primera vez que la institución celebraba un acto multitudinario después de la muerte de su presidente Roberto González Barrera. Por eso hay que leerlo entre líneas.
Guillermo Ortiz Martínez fue el dueño de la noche. Se desplazó en escena como lo que es: El amo y señor de Banorte-Ixe.
Junto con él en el presídium, el presidente electo Enrique Peña Nieto y el expresidente Ernesto Zedillo; el director Alejandro Valenzuela y el casi futuro secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Ahí mismo el ex del tesoro norteamericano Alan Greenspan, el ex del FMI Michel Camdessus, y el expresidente español Felipe González.
Abajo, entre los invitados departiendo más en plan de anfitrión heredero, se desplazaba Carlos Hank Rhon, casado con Graciela González Moreno. El mexiquense daba la bienvenida de mesa en mesa.
Y vaya que la noche se la llevaron los mexiquenses. Sobre todo cuando Peña Nieto sentenció en su discurso que con todo respeto para los extranjeros, había que fortalecer a la banca de capital mexicano, que para todo fin práctico el único jugador hoy es Banorte-Ixe.
También en escena Bertha, Roberto y Juan González Moreno, hijos del finado presidente y estratega de ese grupo financiero.
No a la investigación de Monex
Por segunda ocasión la Junta de Coordinación Política la Cámara de Diputados rechazó la solicitud de los partidos de izquierda para integrar una Comisión que investigue a fondo cómo estuvo lo de las tarjetas Monex en las pasadas elecciones.
Los diputados del PRI y los del Verde, en la “alianza ponderada” con los del partido de La Maestra Elba Esther, le cerraron la puerta a cualquier posibilidad de que los ciudadanos sepamos formalmente lo que ya sabíamos sobre los 140 millones de pesos en tarjetas Monex.
Según ellos, este asunto debe quedar sepultado de antemano para no correr el riesgo de un escándalo mayor. Tal y como sucedió en el gobierno de Fox con la Comisión Investigadora de los hijos de la señora Marta.
Los panistas ya se rajaron
Los que pensaron que la aprobación de la reforma laboral había quedado perfectamente planchada desde ayer, se equivocaron.
Y es que no obstante que ayer desde muy temprano, y a petición Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón salió a hacer un exhorto público para que los diputados se disciplinaran a la línea del electo, la negociación de la redacción final del dictamen conllevó muchos problemas.
Ahora falta ver lo que suceda en el “estirón final” del pleno en la Cámara de Diputados, más lo que acontezca en la última sesión del Senado.
Ambas sesiones podrían llega a ser la escenificación de la pública retractación final de los principios que dijo defender el PAN para que exista democracia y transparencia sindical.
No por nada el diputado Silvano Aureoles anda gritando a los cuatro vientos que los panistas ya se rajaron.
Habrá que ver qué cara pone cuando le llegue el turno de votar al senador panista Javier Lozano.
“Frecuencia del éxito”
Todavía no toma posesión y el presidente electo ya comenzó a pedir aplausos a la radio y a la televisión.
Según Enrique Peña Nieto llegó el momento de que los medios de comunicación entren “a la frecuencia del éxito”.
En términos de lo que el presidente quiso decir equivale a que televisión y radio comuniquen junto con el gobierno “los éxitos y los logros que México vaya teniendo”.
Eso han querido todos los presidentes.
Ya solo faltan 23 días.
