Parte de lo básico y elemental para tener una vida estable es contar con un techo. Pero no es lo mismo un “pisito” en los Campos Elíseos de París, que un departamento de interés social en una colonia proletaria de cualquier megalópolis; creo que la diferencia ni siquiera merece comentarse pues es más que obvia.
La siguiente cuestión es cuánto debo pagar por el alquiler y aunque no hay una receta que aplique exactamente igual en todos los casos, si existen ciertas reglas que debemos de cumplir para evitar así un desfalco en nuestras finanzas.
Hay que partir de una simple pregunta: ¿cuánto ganas al mes? Además, debes planear en función de las personas que contribuyen con la generación de ingresos dentro del núcleo familiar o de amigos con quienes compartas la casa.
Por otro lado, y de manera fundamental se tiene que considerar el pago de servicios como agua, energía eléctrica y probablemente mantenimiento del inmueble y del fraccionamiento. Y no olvides que, como dice una famosa canción “la distancia es el olvido”, así que toma en cuenta el lugar de trabajo y de estudio de toda la gente involucrada.
La verdad es que un gasto de esta naturaleza no es menor y en muchas ocasiones no nos sentamos a evaluar correctamente todo lo que conlleva tener un espacio propio.
Por supuesto que el tema aspiracional juega un papel muy relevante a la hora de tomar la decisión de qué vivienda rentar y podemos cometer errores que para enmendar tendremos que esperar un año en lo que se acaba el contrato.
Repito que no hay una fórmula mágica para establecer el porcentaje ideal pues no es lo mismo una persona soltera sin mayores compromisos financieros, que otra que es jefe de familia, su pareja no aporta dinero y tienen dos hijos en edad escolar. La primera podría gastar entre el 35 y 40% de sus remuneraciones en una renta (aunque no sería recomendable); en cambio la segunda debe ajustarse a no más del 25% o de lo contrario tendrá con certeza problemas de dinero y tal vez caiga en un endeudamiento pernicioso por no haber tomado la decisión correcta.
Los ladrillos hasta donde yo sé no se comen por lo que debes pensar una y mil veces a la hora de rentar un inmueble como casa habitación y que en realidad se convierta en tu hogar y tu espacio íntimo predilecto y no en tu verdugo cada día de pago.
Que no te ganen las ansias: “Roma no se hizo en un día”.
Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.