El dilema panista

A dos días de la elección panista, y más allá de todos los defectos o virtudes que se le puedan atribuir a Ernesto Cordero y a Gustavo Madero, los panistas tendrán que decidir si quieren que su presidente siga siendo Gustavo Madero, como lo es en los hechos, o que regrese Felipe Calderón. 

Y es que para nadie es un secreto que de ganar Ernesto Cordero, el jefe máximo del PAN sería Felipe Calderón. 

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A dos días de la elección panista, y más allá de todos los defectos o virtudes que se le puedan atribuir a Ernesto Cordero y a Gustavo Madero, los panistas tendrán que decidir si quieren que su presidente siga siendo Gustavo Madero, como lo es en los hechos, o que regrese Felipe Calderón. 

Y es que para nadie es un secreto que de ganar Ernesto Cordero, el jefe máximo del PAN sería Felipe Calderón. 

Es cosa de recordar que por voluntad de Felipe Calderón, a partir de la nada Ernesto Cordero fue secretario de Desarrollo Social y secretario de Hacienda.

Como también fue Calderón el que después del fracaso de hacer a Cordero candidato presidencial, lo palomeó como senador plurinominal y coordinador de la bancada panista en el Senado. 

De ahí que el próximo domingo, más que votar a favor de Ernesto Cordero o de Gustavo Madero, los panistas tendrán que enfrentar el dilema de votar favor o en contra de Felipe Calderón.

No tendrán pensión vitalicia

Alguien se pasó de vivo en el Senado al poner en riesgo todo el esfuerzo que hizo el Ejecutivo para lograr la aprobación de la Reforma Electoral.

El exgobernador de Guanajuato y senador panista Juan Carlos Romero Hicks, fue muy claro al señalar que la pensión vitalicia para los magistrados del Tribunal Electoral, jamás fue discutida en ninguna Comisión.

El secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, ya dejó en claro que la triquiñuela ocurrida en el Senado no puede ser imputada al Ejecutivo Federal, y que los Diputados seguramente encontrarán la salida. 

Es necesario que haya una investigación para descubrir quién fue el vivo que se pasó de listo en el Senado al tratar de convertir en ley algo que ni siquiera se discutió.

Sí, pero no

La reforma electoral que aparentemente reglamentó las candidaturas independientes, sigue siendo cuestionada porque los requisitos impuestos son más difíciles que los que se establecen para formar un partido político.

Es ilógico que mientras a los que quieren formar un partido se les exija presentar un número de firmas equivalente al 0.25 por ciento de la lista nominal, a una persona física se le imponga la obligación de presentar el 1 por ciento. 

Es obvio que la reforma va no solo en contra de lo que ya se establece en la Constitución, sino también en contra del sentido común.

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