Apenas sentándose en la silla de dirigente nacional del PRI, René Juárez empezó a seleccionar a los priistas que le acompañarán en la tarea de apagar el fuego encendido en las bases del partido. Y para eso nombró a José Encarnación Alfaro, un priista de cepa, como Secretario General Adjunto del Comité Ejecutivo Nacional. Alfaro tendrá que vaciar su experiencia en tierra -y también la de arrastrar el lápiz- para poder lograr el objetivo. Nos cuentan que este primer movimiento dejó buen sabor de boca a muchos de los que andaban enojados. Atentos.
Extraordinario lejano
De pronto se sintió en el ambiente político que habría un período extraordinario en el Congreso para poder sacar los temas pendientes como el Fiscal Anticorrupción, el Fiscal General y el clamor general por desaparecer el fuero. Pero sólo fue un sentimiento, vamos, como se dice ahora “Fake News”. Lo cierto es que lo que reinará en la Comisión Permanente será la rebatinga electoral y se la llevarán de muertito. ¿O de verdad cree usted que sacaran estos temas?
El panismo arrepentido
Hay un sector del panismo en la Ciudad de México que cada día se convence más que fue un error que el partido apoyara a la perredista Alejandra Barrales a la jefatura de gobierno. Y no solo se trata de que cada vez parece más lejana la posibilidad de que gane la elección, sino porque saben que la votación para los candidatos panistas tanto a las alcaldías como al Congreso local y al Congreso Federal también podría resentirse. En las charlas de los blanquiazules es cada vez más recurrente cuestionar si no habría sido mejor ir solos en la capital del país, e incluso en tono de broma señalan que el candidato del PRI, Mikel Arriola es, paradójicamente, el más cercano a los valores del panismo. No vaya a ser que a la mera hora muchos lo terminen apoyando, más ahora que las encuestas lo acercan a la candidata del Frente.
