Mientras el presidente Enrique Peña Nieto sigue tratando de explicarle al mundo cómo está eso de que no hay problema con las autodefensas que arrestan a policías en Michoacán, sin que ninguna autoridad se los impida, en el estado de Puebla están empezando a surgir nuevos grupos paramilitares.
El vocero de las autodefensas poblanas, Francisco Alfaro Rodríguez, anunció que recibirán aceptación de los grupos de autodefensa michoacanos, aunque el secretario de Gobierno poblano, Luis Maldonado, declaró que en Puebla no existen, ni existirán grupos de autodefensas.
¿Entonces por qué mandar efectivos al municipio de San Gabriel Chilac?
Y en Guerrero las cosas no están mejor. Un destacamento de 500 autodefensas ocupó la comunidad de El Ocotito y ya detuvieron a cinco presuntos delincuentes, sin que ninguna autoridad haya intervenido.
¿Y la seguridad?
Por más que la intención del presidente Peña Nieto fue presumir sus reformas estructurales en el Foro Económico Mundial de Davos, el interés principal del presidente del WEF, Klaus Schwab, se centró en la seguridad.
Ante los empresarios más picudos del mundo que están en el Foro de Davos, al presidente Peña Nieto no le quedó más que apechugar y reconocer que México aún enfrenta reportes negativos sobre la seguridad.
Y aunque Peña Nieto trató de salir del paso, diciendo que la inseguridad no es privativa de México, sino de toda América Latina. La explicación no satisfizo a los empresarios, intelectuales y políticos, que por cierto, no llenaron el salón.
¿Autodefensas “genuinas”?
Lo que seguramente provocó sorpresa en Davos fue que el presidente Peña Nieto haya hablado de la existencia de grupos de autodefensa tan “genuinos” que se les ha invitado a incorporarse a los órganos de seguridad del Estado.
Y es que cómo no sorprenderse, si en todo el mundo civilizado se entiende que el ejercicio legítimo de la fuerza, es una competencia exclusiva de los organismos de seguridad del Estado.
¿Qué pensaría el mundo entero del presidente de los Estados Unidos, si Barack Obama permitiera que un grupo de paramilitares armados con cuernos de chivo y barretas, patrullara las calles de Laredo para hacerse justicia por propia mano?
Nunca aprendemos
Marisela Morales, antigua Procuradora General de la República, se defiende por un presunto asunto de corrupción en torno a unos aviones mientras la Secretaría de la Defensa investiga también más corrupción sobre el mantenimiento de los aviones. Y el Doctor Mondragón, impecable e impoluto, está a punto de ser también cliente de investigaciones sobre corrupción en los aviones de una compañía Flymex que dirige, preside y que naturalmente mocha, su amigo el capitán Alberto Abed. Está en dura competencia para, no por razones profesionales sino por razones de moche y de amistad personal con Mondragón, llevarse un contrato por cuatro aviones de la Policía Federal.
Todo el mundo mira a Mondragón porque tiene fama de que, para tener la edad que tiene, es un hombre recto. El problema son los amigos de Mondragón. La prueba de la amistad del Doctor Mondragón con el capitán Abed es por 170 millones de dólares. Es una gran amistad.
