En el chiste de la semana, desde Palacio Nacional, el ejecutivo federal dijo que salvaguardaría la vida de una periodista amenazada de muerte por el crimen organizado, cuando el Estado no puede garantizar la salud pública de millones de mexicanos que están expuestos al COVID-19.
Hace un mes, caminando por la Narvarte a pleno mediodía y entre semana, un chico ensangrentado y desorientado me encontró de frente. No me pidió dinero, en primera instancia, pero sí me ofreció su chamarra a cambio de unas monedas para el camión.
Me dijo que lo habían asaltado en las inmediaciones del Centro SCOP con uso de violencia y que poco después vio una patrulla; los oficiales dijeron que no podían hacer nada porque no presenciaron el crimen.
Y como esta anécdota les puedo narrar montones, queridos lectores, no solo en la capital, sino al norte, sur y centro del país, que en verdad he presenciado.
Newsflash: vivimos en un Estado fallido, nadie debe dudarlo, el problema es: qué tanto estamos dispuestos a verlo en nuestro día a día, evidentemente, preferimos ignorar la realidad y seguir en el pan y circo, además de la demagogia, el cacicazgo y la oligarquía que está perpetuada hasta la raíz en México.
Nada es fortuito, ahora mismo en cines y en streaming hay producciones que hacen retrato de la gran injusticia que se vive en esta nación y vienen más producciones en camino a estrenarse, tanto en el terreno de la ficción, como en el documental.
Ejemplo de esto es Laberinto Yo’eme, documental enlatado desde 2016, de Sergi Pedro Ros, que describe la grave problemática del pueblo Yaqui al norte del país, que ha sido amedrentado y vapuleado por los cárteles de droga, mientras que el gobierno no hace nada por ayudarlos, entonces, ellos se alzan en armas y fuerzas comunitarias, además de lidiar con la adicción de estupefacientes en la población que ha dejado este trasiego narcótico.
También ya está en salas la ficción Sin señas particulares, película que nos lleva a la reflexión de la desaparición forzada, pero desde la mirada de los indocumentados que buscan cruzar hacia Estados Unidos, y que varios de ellos son cooptados y reclutados por la fuerza de los capos antes de lograr el sueño americano.
Y así continúan las historias en el cine nacional, retratando la putrefacción anquilosada y heredada generación tras generación en un México que va que sube a la cresta de la ola de contagios, con vacunas en opacidad e incertidumbre de su funcionamiento.
Recuerden, que toda ola termina por encallar contra la arena o, en el peor de los casos, ante el embate de los peñascos al borde de la muerte.
La opinión del que escribe contiene “EXCESO DE REALIDAD”, “EXCESO DE VERDAD” y es su menester el incomodar a los Poderes de la Unión.
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