En la mano izquierda, Josefina Vázquez Mota trae una pulsera roja de la Kabalah judía. Es un amuleto de protección.
En la mano derecha, la candidata panista estrenó ayer un escapulario. Es de la Virgen de Guadalupe.
Y es que la verdad es que la única mujer que contiende en la elección presidencial 2012 ya no sabe a quién encomendar la protección de su campaña. A la musulmana, a la judía o a la católica.
El hecho es de que no pasa un día sin que haya un episodio, una anécdota o un resbalón que empañe sus apretadas giras.
Los focos de alerta están más que encendidos, e incluso ya hay quien en medio de tanto santo anda buscando un Judas.
Para unos sería San Judas Tadeo, el que consumara el milagro de lo que hoy parece imposible.
Para otros es el Judas Iscariote, el que por 30 denarios habría traicionado a la elegida.
O cómo explicar que desde adentro de su comité le programan giras en las que sólo se reúne con las cúpulas, en las universidades privadas y con la élite empresarial. Se les olvida que ya no están en la interna.
Tampoco puede entenderse el por qué no se ven en las calles a simpatizantes volanteando o repartiendo propaganda. ¿Alguien detectó ya alguna calcomanía de Josefina en algún auto?
Y en las redes sociales, salvo la carta de Manuel Arango y una aguda entrevista de Xóchitl Gálvez, no existe nada digno de ser tomado en cuenta en favor de la candidata.
A lo mejor ahí está el epicentro del desencuentro entre Francisco Ramírez Acuña y Gustavo Madero con Roberto Gil.
Quizás ahí mismo se encuentra la explicación de que alguien pretende “enfermarla” y que la especie se viralice en las redes sociales.
Por lo pronto los que están de plácemes son los del equipo de Enrique Peña Nieto. Dicen que los rivales les están haciendo una excelente campaña.
Hay quien dice que los tricolores no deben de cantar victoria. Que guarden sus festejos para después del 6 de mayo.
Espionaje a la deriva
En la bancada del PRI tienen dudas de lo que hizo el diputado del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, con los dos millones de pesos que le dieron para investigar el supuesto espionaje en la Cámara de Diputados.
Y es que los que están cerca de la Junta de Coordinación Política que autorizó hacer la investigación en febrero dicen que es sospechoso que no conozcan los resultados que ya debió entregar la empresa Security Networks System.
Lo peor es que la legislatura literalmente se termina el próximo lunes, y ya no habrá forma de que el perredista, afiliado a la corriente de Los Chuchos, explique quién al interior de la Cámara estuvo involucrado.
Y hablando de espionajes y del PRD, los del Sol Azteca, de la mano del PT, frenaron la aprobación de la nueva Reforma Penal.
Con una toma de la tribuna hicieron sentir que si aprobaban el Código de Procedimientos Penales se estaría abriendo la puerta de atrás para sacar adelante la controvertida Ley de Seguridad Nacional.
Una más que se queda en el tintero.