El presidente López Obrador aprovechó su conferencia matutina para confirmar en sus puestos tanto a Rocío Nahle, secretaria de Energía, como a Octavio Romero, director de Pemex, un espaldarazo que llega en un momento en que la viabilidad financiera de la empresa productiva del Estado está en entredicho, y las presiones para hacer movimientos en estos puestos clave están a la orden del día. El respaldo les debería dar un respiro a ambos funcionarios, sin embargo, las voces que piden cambios vienen no sólo desde el exterior, sino también desde el interior de la administración federal. Inclusive hay quienes aún sostienen que es cuestión de tiempo, pues la realidad se terminará imponiendo y los ajustes serán inevitables. Los apellidos Romero y Nahle, sobre todo el primero, siguen encabezando la quiniela para ser los primeros cambios del gabinete. Haga sus apuestas.
Gobernadores irritados
La primera respuesta oficial hacia los abucheos acostumbrados para los gobernadores en cada evento público junto al primer mandatario llegó. El gobernador priista de Colima, Ignacio Peralta, ya manifestó durante el último acto en su estado su molestia ante estas expresiones de rechazo, pero la inconformidad no quedó ahí, pues el gobernador de Campeche y presidente de la Conago Alejandro Moreno, advirtió que los mandatarios no continuarán permitiendo estas acciones, y también adelantó que presentarán un escrito formal para evitar este tipo de prácticas. Los abucheos no son nuevos ¿por qué escogió precisamente este momento ‘Alito’ para pronunciarse?, ¿será que ya comenzó su campaña por la dirigencia tricolor?
¿Menos dinero, pero más partidos?
Con la iniciativa presentada por Tatiana Clouthier y Mario Delgado para reducir a la mitad el financiamiento de los partidos parece que ahora sí se podría convertir en realidad la inquietud de poner fin al dispendio de dichos institutos, sin embargo, algunos de los partidos de oposición se muestran contrariados. La razón: perciben que por un lado Morena quiere utilizar esta iniciativa para pulverizar la oposición, mientras que por el otro impulsan que el PES continúe manteniendo su registro, así como el reconocimiento de las Redes Sociales Progresistas como partido político. Claro, estos dos últimos son aliados.