Aunque en apariencia se trataría de la presentación del programa presidencial para pacificar a Michoacán, lo más probable es que la presencia de Enrique Peña Nieto en Morelia sea para avalar lo que Alfredo Castillo ha venido haciendo en ese estado.
Y es que después de que la semana pasada el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, informó sobre la existencia de evidencia que acredita que los ejércitos de “papá Pitufo” son armados por el Cártel Jalisco Nueva Generación, el comisionado Alfredo Castillo quedó en entredicho.
Se espera que con la visita presidencial de hoy, a todos los miembros del gabinete les quede claro que el Ejecutivo Federal continuará permitiendo que los miles de paramilitares que se dieron en llamar “autodefensas” seguirán portando y usando armas que están reservadas por la ley para el uso exclusivo del Ejército, si se alistan en los cuerpos de Guardias Rurales previstos en la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos en su capitulan VI.
Sin embargo, por alguna extraña razón pareciera que el gobierno se olvida que de ahora en adelante, lo que hagan, o hagan de hacer, los grupos de “Guardias Rurales” también será responsabilidad del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, así como del secretario de la Defensa, general Salvador Cienfuegos, por lo que es seguro que se dispare el número de violaciones a los derechos humanos que cotidianamente cometen los subordinados del subcomandante Mireles.
Con esta “solución” ya no habrá manera de seguir echándole la culpa a Felipe Calderón por la violencia en Michoacán.
A Villarreal con cariño
La exigencia de la alcaldesa priista de León, Bárbara Botello, para que terminen los “moches” para bajar recursos federales, tiene como destinatario al panista Luis Alberto Villarreal.
Y es que con esta exigencia, la nueva presidenta de la Conferencia Nacional de Municipios de México, podría eliminar desde ahora a Luis Alberto Villarreal como un competidor en la sucesión de la gubernatura de Guanajuato.
Tendrán que negociar
Si Marcelo Ebrard no gana la presidencia del PRD, por lo menos podría poner en serios aprietos a Los Chuchos.
Y es que gracias al antagonismo de las tribus, Marcelo Ebrard cuenta con fichas suficientes para negociar la integración del próximo Comité Ejecutivo Nacional perredista.