Precedido por un muy sentido y más que merecido homenaje al ya legendario Sir Frank Williams, fundador y líder de la muy ganadora Escudería Williams, además de un impresionante espectáculo de luces, drones y fuegos artificiales se corrió el Gran Premio de Arabia Saudita.
SE ACABÓ LA HIPOCRESÍA
A lo largo de esta tremenda temporada 2021 de la F1, la batalla entre Lewis Hamilton y Max Verstappen ha pasado de las felicitaciones mutuas a los saludos cordiales, a los saludos obligados, a las palmadas forzadas. Aquí mismo lo señalamos desde hace meses: todo eso es “diplomacia forzada” solo que ahora, después de los ataques mutuos en pista, los reclamos en las radios, miradas como dardos envenenados, Lewis y su táctica de ser “El Bueno de esta Película” da el primer paso al evitar a Max al finalizar la carrera. Verstappen, por su parte, explota con ese temperamento que no esconde nada, retirándose del podio antes de tiempo. A partir de este Gran Premio de Arabia Saudita terminan los gestos diplomáticos y hasta las hipocresías. La realidad es que desde que arrancó esta temporada la batalla Mercedes-Red Bull es ya una guerra sobre ruedas y lo de Max vs. Lewis es otra guerra de pilotazos que no se guardan nada.
LO DICHO, LA PISTA DEFINE
Arabia Saudita resultó ser un Gran Premio, mucho más que emocionante. Los accidentes fueron producto de las bardas que rodean al Circuito de Yeda, que alguna vez definió el campeonísimo Nikki Lauda: “es como meterte a una caja de zapatos que nunca termina”. Los accidentes provocaron banderas amarillas con “Safety Car” por delante conteniendo a los autos, banderas rojas que obligan a todos a regresar a pits tres arrancadas desde la parrilla de salida y con ello, algo así como tres carreras en una. Las tácticas y planes de carrera de todas las escuderías quedaron de lado cuando las condiciones de la carrera obligaban a sacar “Planes B, C, D y más” para adaptarse a las condiciones de los muchos momentos accidentados.
‘CHECO’ Y OTROS TRES PILOTOS FUERA
Los accidentes se dieron desde las primeras vueltas. Las tres arrancadas trajeron cambios drásticos y autos dañados, entre ellos el Red Bull de “Checo” Pérez, que se quedó frustrado mirando al horizonte mientras los oficiales sacaban su auto de la pista.
Aquí lo señalamos: un circuito callejero de más de 6 km, con 27 curvas y pocas zonas para el rebase es de por sí un reto que no permite errores, si a esto le añadimos que la pista está bardeada en sus dos costados, la ecuación estalla como ocurrió este fin de semana.
LEWIS Y MAX, EN OTRAS LIGAS
En las tres arrancadas, Lewis y Max pelearon la punta como si nadie más estuviera en la pista. En dos ocasiones, Verstappen se puso al frente, una de ellas, obligado a devolver la posición por haber rebasado por fuera de la pista en la única zona con desahogos sin bardas. Las reacciones de ambos fueron desde las “quejas absurdas” vía radio hasta ataques abiertos en la comunicación con sus equipos.
Hubo toques y maniobras temerarias entre ambos dejando muy para el olvido aquello de “sabemos quiénes somos y nos respetaremos siempre”.
Ya en la última parte de la carrera hay un toque entre ellos que para su fortuna no deja a nadie fuera, el Mercedes de Lewis resulta dañado del alerón delantero, pero sin consecuencias aparentes ya que Lewis mantuvo la punta hasta el final.
Al final de cuentas, los beneficiados somos los millones de aficionados que van desde los que somos “archi” fanáticos hasta los fans de ocasión. El próximo fin de semana se definen los campeonatos y, algo histórico, Max y Lewis llegan empatados en puntos.
Así las cosas pues, no es que en Arabia Saudita se haya desatado la guerra, la realidad es que finalmente se destapó tirando a la basura las máscaras de “diplomacia absurda” de Mercedes frente a Red Bull y Max ante Lewis… así de fácil.