Lejano está el 21 de diciembre de 1995, fecha en que se promulgó la Ley del Seguro Social vigente. Este ordenamiento jurídico tenía como gran novedad la “privatización” del sistema de pensiones mexicano, pues a partir de que entrara en vigor, el sector privado se encargaría de administrar e invertir los recursos destinados principalmente para las jubilaciones (aunque también se cubrirían otros tipos de pensiones de los que ya escribiré después).
Esto dio origen a la creación de las Administradoras de Fondos para el Retiro, conocidas como AFORE, que empezarían a operar hasta el primer día del segundo semestre de 1997. Así pues, el pasado 1 de julio cumplieron 24 años ¡Muchas felicidades!
¿Por qué es relevante este aniversario más que algunos otros? La respuesta es que la mencionada ley, entre los cambios más importantes, estableció como requisito para tener derecho a una pensión por cesantía en edad avanzada o por vejez, además de la edad cumplida de 60 años para el primer caso y 65 para el segundo, que las personas hubiesen cotizado al menos mil 250 semanas y esta cifra justo se alcanza ¡pasado el año 24 de contribuciones!
Todo lo anterior quiere decir que en próximos días estaremos viendo a los primeros jubilados por la famosa ley AFORE o ley 97. Llegó el momento de la verdad sobre el régimen de cuentas individuales y quedará de manifiesto que, aunque la reforma per se tuvo grandes mejoras, existe una insuficiencia en el fondeo que provocará pensiones muy raquíticas.
El gran cuestionamiento es si era necesario que pasará casi un cuarto de siglo para llegar a esa conclusión. La respuesta evidentemente es ¡por supuesto que no! Siempre fue criticable el poco dinero que entraba en la cuenta y en 2020 se modifica a favor del trabajador y en contra de los patrones y los consumidores, lo que parcialmente considero correcto. Pero hay muchos otros factores que a tantos años de distancia no hemos podido solventar. Me refiero centralmente a la educación financiera de las personas para que cobren consciencia de que, sin una participación activa en su propia jubilación, es casi imposible que tengan una vejez estable y tranquila.
Es vergonzoso que mucha gente a estas fechas siga sin saber en qué AFORE está y ni qué decir de que hiciera aportaciones voluntarias.
Se ha avanzado, sin duda. La autoridad desempeña un gran papel y las AFORE también han hecho una buena tarea, pero no olvidemos que la principal responsabilidad es de cada uno de nosotros. No seamos vaquetones y tomemos cartas en el asunto.
Recuerda que “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.