Mucho se habla del famoso Fondo de Emergencia por todas las personas que ahora se dedican a tareas relacionadas con la educación financiera, dominen el tema o no. Al final del día es muy fácil plagiar el trabajo público de otras personas.
El común denominador es decir que debemos tener dinero suficiente para cubrir al menos tres meses del ingreso para poder afrontar cualquier contingencia. Hay incluso quienes afirman categóricamente que deben ser cuatro, seis o hasta doce meses. Es sumamente sencillo hablar sin tener fundamento matemático. A este respecto hay varios señalamientos que a continuación discutiré.
En primer lugar, la reserva se debe hacer en función del gasto mensual de cada ente económico, sea persona, familia, empresa o país. Lo que se requiere acumular es lo necesario para cubrir los compromisos que cada uno tiene y no necesariamente lo que se percibe.
Por otro lado, y más importante aún, está el hecho de que el mentado Fondo de Emergencia simplemente es el primer escalón de lo que todos debemos tener como meta final económicamente hablando que es la creación del Fondo Patrimonial, el cual brindará una estabilidad financiera que permita hacer frente a cualquier situación relacionada con dinero.
¿Qué más debe contener el Fondo Patrimonial? Absolutamente todo lo que se pueda convertir en efectivo en el corto plazo, entendiendo esto como el tiempo que sea menor a un año.
Aquí se incluyen bienes raíces como puede ser un departamento, una casa o un terreno; contratos en instituciones financieras tales como la misma cuenta de nómina, una de cheques y por supuesto lo que se tenga de ahorro e inversiones; también forma parte de este fondo lo que se tiene en la cuenta individual de la Afore, así como en algunos contratos de seguro de vida individual, lo que se conoce como reserva matemática y claramente lo que específicamente son seguros de Ahorro e Inversión; para los más sofisticados estarían las joyas y las obras de arte.
En fin, repito, todo lo que sea “vendible” con cierta rapidez y que dicha operación se traduzca en dinerito constante y sonante.
Finalmente debemos tener la conciencia de que el consumo es enemigo del Fondo Patrimonial. Lo que como, bebo, paseo, parrandeo, vacaciono, etc., no nada más no conforma patrimonio, sino que se lo acaba. Claro que hay que vivir bien y disfrutar la vida, pero siempre (como dicen los anuncios de bebidas alcohólicas) con medida y en función de mi situación económica real.
Recuerda, “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.