La fragilidad de los acuerdos y las alianzas comienzan a asomarse en el partido del sol azteca de cara a la defensa de la elección presidencial.
Andrés Manuel López Obrador tiene frente a sí la disyuntiva de mantenerse en el carril de la defensa legal de la elección, o sumarse –por acción o por omisión– a las demandas de grupos que buscan radicalizar el movimiento.
A pesar del desplegado de apoyo, desde los cuarteles perredistas, comandados por Los Chuchos, ya se envió el mensaje de que en la defensa legal van de la mano.
Pero nada de secundar las movilizaciones, porque ahí pintarán su raya, y tampoco se contaría con la bendición de Marcelo Ebrard, Miguel Mancera, ni Manuel Camacho.
Si esto se ve a contraluz del editorial publicado por el diario español El País, se puede ir pronosticando que las izquierdas podrían terminar de nuevo en una ruta de colisión que acabaría con la república amorosa.
AMLO con pruebas del DF
Andrés Manuel López Obrador insiste en que sí hubo compra de votos. Y mandó un claro mensaje a quienes siente que lo pretenden desconocer en su cruzada.
El mensaje es que esas pruebas podrían incluir al gobierno del DF. Y que hay evidencias suficientes que podrían poner en entredicho a algunos cercanos de Marcelo Ebrard.
O, lo que es lo mismo, de que hay negociaciones ásperas en las cúpulas de la izquierda, ni duda cabe.
Habrá que esperar a mañana miércoles, cuando el candidato del Movimiento Progresista salga a plantear su nueva estrategia, que promete algunas sorpresas.
Travesuras en verde
¿Hay alguna novedad en que las fuerzas armadas de cualquier país adquieran equipos sofisticados de espionaje?
¿Tienen que avisarle a todos la marca de los equipos con los que van a realizar las delicadas labores de inteligencia?
¿Deben revelar los datos del proveedor para que sus contrapartes del crimen organizado vayan a comprar lo mismo para empatarles?
Viene esto a colación porque se percibe un juego sucio detrás de las revelaciones de que el Ejército Mexicano adquirió 5 mil millones de pesos en equipo para espionaje.
La acción busca exhibir y lesionar al general Augusto Moisés García Ochoa, director general de Administración de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Las fuentes internas de la inteligencia militar apuntan en tres direcciones, todas íntimamente ligadas a los Dragones de Caballería, que buscan convertirse en los dueños de la Sedena en el sexenio que está por arrancar.
En la lista están los generales Carlos Demetrio Gaytán, Salvador Cienfuegos y Luis Arturo Olivier.
Son los que están aliados con Genaro García Luna para conservar el eje Seguridad-Defensa durante seis años más con Peña Nieto. Y conste que Seguridad va por delante de la Defensa.
Es el mismo controvertido secretario de Seguridad Pública que le vendió al presidente el expediente del general Tomás Ángeles, a quien a pesar del prolongado arraigo, todavía no le prueban nada.
Una mala señal de los medios
La salida de Pedro Ferriz de Con como conductor del noticiero de Cadena Tres es un mal augurio para los comunicadores en la antesala del sexenio de Enrique Peña Nieto.
Es cierto que cada medio tiene el derecho de elegir a sus comunicadores. Ni duda cabe. Pero cuando existen diferencias, se cuidan las formas hasta para anunciar la separación.
El aviso tan abrupto, la suspensión de la columna en el diario del mismo grupo y el anuncio de la
entrada del nuevo elenco no es ningún abono a favor del llamado “nuevo PRI”.
Lo peor es que en el caso de Ferriz de Con, la recriminación no es por su apoyo a López Obrador, sino por la defensa de la causa de Josefina.
