Fragmentación social
Los ciudadanos necesitamos comprender que sociedad fragmentada, es sociedad debilitada, lo que facilita al gobierno mantener su poder y hegemonía sobre «el pueblo» sin mayores contratiempos
Fernando Alberto García CuevasEn todo el mundo existen, en mayor o menor grado, diferencias políticas a partir de la creciente complejidad social que prevalece en el planeta.
Los componentes de la diversidad son múltiples: étnicos, religiosos, culturales, económicos, sexuales, sociales, ideológicos, entre muchos otros más, que hacen de la convivencia social y humana todo un desafío.
Reconocer positivamente al que se muestra y piensa distinto, implica seguir un esmerado proceso de entendimiento, asimilación, respeto, humanidad, compasión y aprendizaje que nos conduce mediante integración y cooperación, a la obtención de una sólida identidad que beneficie a todos los integrantes de la comunidad.
Por el contrario, rechazar al que parece y piensa distinto es motivo de conflicto.
La historia nos ha mostrado una y otra vez el poder nefasto y destructivo de la intolerancia. Levantar muros, alentar nacionalismos exacerbados, promover guerras de exterminio y genocidios con la estúpida pretensión de hacer limpieza étnica.
Encender hogueras para quemar brujas, ateos y fanáticos, no ha sido suficiente para exterminar la diversidad física y cultural, que es propia de nuestra naturaleza humana.
Millones han muerto en todo el mundo bajo el yugo del fanatismo y la intolerancia, que no reconoce al que piensa distinto como actor político legítimo de oposición, sino que lo definen unilateralmente como enemigo. «si no estas conmigo estas en mi contra» «si no piensas y eres como yo eres un reaccionario, eres un ser inferior»
Pienso que hoy en el mundo la consigna deberá ser trabajar y avanzar para el fomento de la identidad incluyente, que unifique comunidades y naciones para enfrentar con fortaleza los grandes desafíos universales como sustentabilidad, enfermedad, desigualdad y pobreza.
En política, columna vertebral de la sociedad, es cierto que opiniones y puntos de vista extremadamente opuestos entre si, alejan la posibilidad de llegar a consensos, menos aún, concretar acuerdos, en tanto que, cuando las discrepancias se mantienen, generan conflicto muchas veces irreconciliable, merman fuerzas y posibilidades a los participantes en la confrontación, alejando de ellos, la posibilidad de conseguir un fructífero acuerdo que beneficie a las partes involucradas.
El juego de suma cero, muestra escenarios donde la cooperación de los involucrados esta ausente y las pérdidas generalmente se reparten por igual, es decir, los implicados en el conflicto, juegan a perder-perder.
Desde la perspectiva ciudadana, me parece que un régimen que polariza, es un gobierno que divide y confronta a los distintos grupos que son parte de la colectividad heterogénea, desigual y diversa de la que somos parte.
Polarizar deliberadamente a la sociedad es pretender su debilitamiento, mermar sus posibilidades de organización y fuerza, evitar alzamientos e inconformidades ciudadanas que de otra manera no podrían sofocar.
Es preciso comprender la intención que hay detrás del propósito de polarizar desde el poder. «Divide para reinar» «divide para dominar» «divide para vencer» «divide para mantener el poder sobre una sociedad debilitada».
Los ciudadanos necesitamos comprender que sociedad fragmentada, es sociedad debilitada, lo que facilita al gobierno mantener su poder y hegemonía sobre «el pueblo» sin mayores contratiempos.
De esta manera, entiendo que polarización es romper contrapesos democráticos, debilitar o exterminar adversarios, facilitar maniobras para manejar el país, sin la necesidad de escuchar opinones contrastantes.
Para gobernantes autoritarios, polarizar es ventajoso, evitan escuchar voces discrepantes para decidir libremente de acuerdo a su absoluta voluntad.
Me parece que lo que se necesita para resolver un problema nacional, requiere diálogo y entendimiento con todas las partes, disposición y voluntad para alcanzar, en medio de la diversidad, los consensos necesarios y la suma de voluntades para alcanzar objetivos comunes.
Finalmente puedo afirmar que polarización es fragmentación, enfermedad política, pero también virus, que eventualmente algunos promueven perversamente, para conseguir sus fines, muchas veces contrarios a la sociedad plural y diversa de la que somos.