Tal y como se esperaba, el subcomandante José Manuel Mireles ayer propuso la formación de una “guardia nacional”, al estilo Michoacán.
La “justificación” de Mireles es que la autoridad no ha sido capaz de garantizar la seguridad de los mexicanos y que por eso se hace necesario formar una “guardia nacional”.
Aceptar la formación de una “guardia nacional” integrada por grupos paramilitares y mercenarios, como lo propone José Manuel Mireles, sería tanto como aceptar que ni el Gobierno Federal, ni sus instituciones de seguridad, son capaces de garantizar la seguridad nacional, como fue, y lo sigue siendo, en el gobierno de Fausto Vallejo respecto de Michoacán, con todo y su “policía rural”.
Por otra parte, estaríamos corriendo el riesgo de que a los vecinos del norte se les ocurra imponernos un comisionado para la seguridad nacional, toda vez que con la creación de la “guardia nacional” al estilo Michoacán, estaríamos aceptando que el Estado Mexicano es un estado fallido, incapaz de garantizar la seguridad a sus ciudadanos.
Es una buena señal que el poeta Javier Sicilia finalmente no haya acudido al “encuentro de las autodefensas” convocado por Mireles.
Cero en conducta
Es una pena que el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, en lugar de reconocer que el problema del bullying en las escuelas es un fenómeno que está creciendo exponencialmente, haya preferido echarle la culpa de esta situación a los padres de familia y a los medios de comunicación.
Si bien es cierto que la formación de los hijos es una responsabilidad principalísima de los padres de familia, también lo es que los maestros tienen una gran corresponsabilidad en los procesos de formación, y no solo en los de educación, de sus pupilos.
No se trata solamente de que los alumnos saquen un 10 en aprovechamiento. Se requiere también que no saquen un cero en conducta.
Rudeza innecesaria
Algo debería hacer el coordinador de la bancada priista de la Cámara de Senadores, Emilio Gamboa, respecto de lo que el coordinador de la bancada del PRD, José Luis Barbosa, definió como “bravocunadas” de parte del senador David Penchyna.
Y es que como dice el refrán “lo cortés, no quita lo valiente” especialmente cuando de política se trata.
Si todos sabemos que el PRI no tiene ningún problema para construir la mayoría que apruebe las leyes secundarias de la reforma energética en la fecha que le plazca, y más cuando cuenta con los votos del PAN, qué necesidad hay de rudezas innecesarias cuando el presidente Enrique Peña Nieto ha demostrado su intención de llevar la fiesta en paz, hasta donde sea posible, con los partidos de oposición.
