El presidente Felipe Calderón llegó anoche al Encuentro de Legisladores Electos Panistas con la música por dentro y por fuera.
El primer mandatario se hizo acompañar por el músico David Filio, con quien cantó “Historia de la Silla”, del cubano Silvio Rodríguez. No se sabe si la canción llevaba dedicatoria, pero la letra puede prestarse a muchas interpretaciones.
Al menos eso se especula en los medios políticos.
Como cuando dice que “en el borde del camino hay una silla y la rapiña merodea aquel lugar”. ¿A qué se referirá?
¿Habrá hecho una comparación con la silla presidencial, en la que muchos quieren sentarse pero pocos pueden, y para ello cometen todo tipo de atrocidades?
O bien cuando dice: “En la punta del amor viaja el amigo, en la punta más aguda que hay que ver, esa punta que lo mismo cava en tierra, que en las ruinas… es por eso que lo mismo siembra rosas que razones de banderas y arsenal”.
¿A cuáles razones de banderas y arsenal se refiere? ¿Será a la lucha contra el crimen organizado?
Y casi se despide diciendo: “Pero vale la canción buena tormenta y la compañía vale soledad”.
¿La soledad de la ex presidencia? ¿Se estará preparando para cuando abandone Los Pinos?
Puede haber muchas explicaciones y especulaciones sobre las razones que tuvo el presidente Calderón para cantar esa canción en la reunión que se lleva a cabo en Querétaro, pero de que dejó pensando a más de uno, eso ni dudarlo.
También puede ser que nada más le guste, así de simple, y que haya decidido cantarla espontáneamente sin intención alguna de mandar un mensaje a propios y extraños.
Pero es poco probable. Porque en la recta final de su mandato, cualquier cosa que diga o haga, así sea cantando, es considerada como un mensaje dirigido a los simpatizantes o a los adversarios.
Sobre todo en esta etapa de incertidumbre porque aún no se confirma el triunfo de Enrique Peña Nieto, quien es impugnado por el PRD y cuestionado por el PAN, el partido del presidente. Al tiempo.
México vs. Brasil
¡Por fin se dio!
La final soñada en cualquier torneo de futbol es jugar contra Brasil, y México la tendrá el sábado, cuando disputará la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres.
Después de derrotar al seleccionado japonés con un contundente 3-1, el Tri tiene una meta deportiva de proyección mundial.
Desde ahora se sabe que el partido que se jugará en el Estadio Wembley marcará un antes y un después porque los brasileños nunca se han coronado como campeones olímpicos.
Además, México ganará su séptima medalla en estos juegos. Es un buen logro, pero son pocas para el tamaño de la economía y de la población del país.
Habrá que estar pendientes de los políticos mexicanos que viajen a Londres para ver jugar a nuestros futbolistas.
Porque para eso siempre hay tiempo… y también dinero del erario.
Por lo pronto, celebremos esta final. Así que, ¡hagan sus apuestas, señores!, y que gane México.