Injusticia, narcotráfico y crimen organizado
Fue asesinado de un disparo en la cabeza el defensor de derechos humanos y catequista, Simón Pedro Pérez López, en Simojovel, Chiapas
Josefina Vázquez MotaFue asesinado de un disparo en la cabeza el defensor de derechos humanos y catequista, Simón Pedro Pérez López, en Simojovel, Chiapas.
Se dedicaba a defender el desplazamiento forzado de pueblos indígenas por parte de la delincuencia organizada.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas señaló que Simón Pedro fue baleado el lunes cuando iba al mercado. “El perpetrador, desde una motocicleta en movimiento, le disparó de manera directa”, detalló.
Simón Pedro era indígena defensor de derechos humanos, catequista en su parroquia e integrante de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, tenía 35 años.
Al respecto, el sacerdote de Simojovel, Marcelo Pérez, dijo que el ataque es consecuencia “de la injusticia, el narcotráfico y el crimen organizado que existen en la zona. Simón Pedro es inocente, luchó pacíficamente, es una de las tantas víctimas de la violencia estructural”.
Recientemente la Secretaría de Gobernación informó que en lo que va de este sexenio han fallecido 68 defensores de derechos humanos y no 56 como lo habían informado los medios de comunicación.
La cifra es por demás alarmante, pensar que en tres años han perdido la vida 68 activistas de los cuales dos eran beneficiarios del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación (Segob), nos lleva a decir que en México urge hacer valer las leyes y el Estado de Derecho.
Y digo lo anterior porque México está considerado como uno de los países más letales para la defensa de los derechos humanos.
La organización Frontline Defenders sostiene que en nuestro país, en 2019, fueron asesinados 20 defensores de derechos humanos y 20 más en 2020.
Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha contabilizado que en lo que va de 2021 han perdido la vida 12 activistas; sin embargo, datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), y la organización Derechos de los Pueblos Indígenas Internacional (IPRI), sostienen que podrían ser 19 los asesinados en este año.
Todo lo anterior, sin sumar ni contabilizar a los activistas desaparecidos.
En los reportes que los medios de comunicación refieren, hacen notar que los activistas eran defensores de diversos temas: medio ambiente, territorios, pueblos indígenas, derechos humanos, comunidad LGBTI+, mujeres, infancia, entre otros.
Asimismo, la Red Todos los Derechos para Todos y Todas (Red TDT) señala, en su informe 2019-2020, que los principales agresores de los activistas son la delincuencia y el crimen organizado en colusión con las autoridades, agentes del Estado y empresas.
“Seguimos luchando y exigiendo la justicia, por lo que nosotros nunca pensamos quedarnos callados porque la justicia no la hemos encontrado”, decía Simón Pedro antes de que su voz fuera callada.
Hoy en día, el crimen organizado actúa con total impunidad y sigue ampliando sus territorios. Por lo que, si el Estado de Derecho se sigue despreciando terminaremos, más temprano que tarde, viviendo en un Estado criminal de inimaginables consecuencias.