La animación como cine de culto

El mundo ilustrado de las historietas o cómics ha estado al alcance de la gente desde sus inicios. El primer número de Action Comics –aquel donde Superman hiciere su aparición icónica levantando un auto en brazos– solo costó 10 centavos de dólar en 1938.

Ese mismo año el estudio Disney lanzó su primer largometraje animado “Blanca nieves y los siete enanos”, que marcaría un parteaguas en la industria cinematográfica.

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
Comparte esta nota

El mundo ilustrado de las historietas o cómics ha estado al alcance de la gente desde sus inicios. El primer número de Action Comics –aquel donde Superman hiciere su aparición icónica levantando un auto en brazos– solo costó 10 centavos de dólar en 1938.

Ese mismo año el estudio Disney lanzó su primer largometraje animado “Blanca nieves y los siete enanos”, que marcaría un parteaguas en la industria cinematográfica.

La animación desde entonces ha evolucionado manteniendo su propio nicho y género, pero debido a que los grandes estudios producían solo caricaturas para el público infantil se asoció a que estos filmes eran meramente para niños.

Japón por su lado también incursionó en el campo de el arte gráfico animado con estudios como Tokyo Movie Shinsha y Toei Animation, que desde 1946 y 1956 respectivamente han generado “animes” en la capital nipona. 

De Tokyo Movie Shinsha –que actualmente lleva el nombre TMS Entertainment– una de sus series más recordada en México es “Remi”, producida en 1977 con 51 episodios, pero que llegó a nuestro país hasta finales de la década de 1980.

A pesar de que el anime se transmitía en las tardes por el Canal 5 de Televisa, esta serie manejaba una temática dramática para un público adulto, ya que los japoneses se inspiraron en la novela de 1878 “Sans Famille” del autor francés Hector Malot.

Y es que en el país del sol naciente sacaron cuentas de la viabilidad de producir anime en lugar de telenovelas con reparto a cuadro: Es mucho más rentable contratar a un grupo de ilustradores y actores de doblaje, que mandar construir sets y pagarle a todo un personal de producción para generar una novela serializada.

El estudio Ghibli fundado en 1985 es reconocido por generar animes que han roto la barrera de solo ser infantiles, e inclusive sus películas han competido en circuitos de festivales internacionales cinematográficos, tal es el ejemplo de “El viaje de Chihiro” de 2001 que ganó el Oso de Oro de Berlín y el Oscar a Mejor Filme Animado.

A la par en Estados Unidos en 1986 se publicaba la novela gráfica “The Dark Knight Returns”, de Frank Miller, comic que ofrecía una visión oscura y post apocalíptica de un Bruce Wayne que ya había colgado el manto del hombre murciélago y esta dedicado a la melancolía y añoranza de una ciudad gótica del pasado.

Miller marcó un antes y un después con este cómic, ya que en ese momento a las historietas se les empezó a considerar como el cruce de dejar al público infantil y comenzar a publicar historietas con un contenido para público maduro.

Peter Chung, animador de origen surcoreano lanzó desde la trinchera de MTV en 1991 la serie animada “Æon Flux” la cual presentaba un futuro distópico lleno de violencia gráfica y sexualidad a cuadro, dando un paso clave en el mercado de consumo que demandaba un producto no apto para menores.

Actualmente Hollywood ha dejado la carrera de la animación en su mayoría para lanzamientos creados por computadora en tecnología CGI de 3D, pero estudios menores alrededor del mundo siguen aguerridos a crear animaciones de vanguardia que se defienden en el cine independiente.

Tal es el caso de “Canción del mar” del 2014, que se produjo por la alianza de países como Irlanda, Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo y Francia, la cual se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto del 2014. Esta película carece de fecha de estreno en México, aunque la Cineteca Nacional solo la exhibió una vez en el ciclo de cine irlandés.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil