Es, por lo menos, difícil de creer que la desaparición de Aleph Jiménez Domínguez, integrante de #YoSoy132 en Ensenada, Baja California, fue parte de una estrategia de la corriente juvenil para reactivar su presencia mediática en el país.
Porque de comprobarse que la ausencia pública de cinco días del oceanógrafo de 32 años fue una maniobra para rescatar los niveles de injerencia alcanzados, significaría un “suicidio” de facto para el de por sí debilitado movimiento.
Asumiendo que Aleph, maestro en ciencias adscrito al Centro de Investigación Científica y Educación Superior en Ensenada, desapareció por motivos ajenos a su voluntad, nos encontramos ante uno más de las decenas de casos que se presentan a diario en lo que va del sexenio.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos afirmó en noviembre de 2011 que registró 16 mil 800 personas desaparecidas, entre extraviadas, ausentes y fallecidos no identificados hasta esa fecha.
El vocero de #YoSoy132 en Ensenada fue visto por última vez –antes de su sorpresiva reaparición– el pasado 20 de septiembre, cinco días después de participar en una manifestación pacífica durante la celebración del grito de independencia en la explanada municipal.
Dicha movilización fue reprimida violentamente por elementos de la policía municipal, según consta en videos que varios testigos grabaron y compartieron en redes sociales ese mismo día.
El alcalde de Ensenada, Enrique Pelayo Torres, fue duramente criticado por la violencia innecesaria en la que incurrieron los agentes policiacos para disolver la manifestación.
Antier, la familia de Aleph emitió un comunicado en el que sostienen que su hijo pudo ser víctima de una desaparición forzada.
De acuerdo a Amnistía Internacional, “una desaparición forzada ocurre cuando una persona es detenida o secuestrada por el Estado o por agentes que actúan en su nombre y luego se niega que la persona se encuentre detenida o se oculta su paradero, apartándola así de la protección de la ley”.
“Es muy frecuente que las personas desaparecidas no sean jamás liberadas, y que su suerte nunca llegue a esclarecerse. Sus familias y amistades en muchos casos jamás llegan a saber qué les sucedió”.
“Sin embargo, esas personas no se desvanecen sin más. Alguien, en algún lugar, sabe qué fue de ellas. Alguien es responsable”, asegura el organismo internacional que busca poner fin a los abusos en contra de los derechos humanos.
Afortunadamente Aleph ya apareció, habrá que esperar más información para esclarecer los motivos de su ausencia. Sin embargo, el problema de los desaparecidos en México no acaba aquí.
En este lamentable escenario, es necesario que se escriban más líneas con tinta de luz que aporten un ápice de esperanza a una página oscura: la de los derechos humanos en México.
Por ello, compartimos un video que pretende tocar fibras sensibles sobre el grave problema de los “desaparecidos” en nuestro país.