Con desgracias como el temblor de ayer todos nos damos cuenta que entre los mexicanos hay solidaridad, hermandad y sobre todo empatía por quienes caen en desgracia. Eso no se nos quita, eso nos distingue como mexicanos y es un ejemplo para otras naciones. Es algo de lo que tenemos que sentirnos orgullosos. Eso seguirá los próximos días, semanas, meses y años.
La mala
No hay quien esté preparado para una situación como la de un terremoto que destroza edificios y almas. Por más capacitación que se nos da a la hora de un temblor no hay quien pueda contener el miedo y actuar con mesura. La naturaleza manda y dispone.
La fea
Que en tan graves situaciones hay quien aprovecha para la rapiña en los edificios y casas afectadas, e incluso hubo quien viendo el tráfico denso se aventó la actitud de cometer asaltos a los automovilistas.