No hay plazo que no llegue ni fecha que no se cumpla. Y hoy a las seis de la tarde, Andrés Manuel López Obrador dará a conocer el alcance de sus impugnaciones a la elección presidencial.
Solo entonces sabremos si existe materia suficiente para que se demande la eventual nulidad de los comicios o, en el caso más optimista, que para el PRI todo quede en una sanción o una simple llamada de atención.
Lo que sí está claro, por la cantidad de expertos y juristas involucrados, es que el expediente estará muy bien integrado. Veremos y diremos.
La tersura a la basura
Cuando se supo de la victoria de Enrique Peña Nieto en las elecciones del primero de julio, el presidente Felipe Calderón no solo lo felicitó.
También le prometió su más absoluta disposición para que se diera una transición tersa, ordenada, transparente y eficaz.
Pero ocho días después, y ante las presuntas evidencias de inequidad y compra de votos, el inquilino de Los Pinos le puso condiciones a la transición tersa.
Dijo que de la solución adecuada de la presunta compra de voluntades políticas a través de las tarjetas de Monex y Soriana, dependerá que la transición sea tersa o no.
La declaración presidencial generó un gran revuelo. Las izquierdas lo aplaudieron por reconocer lo que ellos ya denunciaban. El PRI y el establishment no entendieron el cambio en la jugada presidencial.
Quizás por eso fue que ayer Pedro Joaquín Coldwell salió a leerle la cartilla al presidente Calderón. Para decirle que era jefe de Estado y que los asuntos electorales se resolvían en los tribunales competentes, que por cierto no dependen del Ejecutivo.
Con semejante pintada de raya, los ánimos comienzan a crisparse en la antesala de que López Obrador presente hoy jueves su caso ante el Trife y a la espera de que Peña Nieto reciba la constancia que lo acredite como presidente electo.
¿Es que acaso ya echamos la tersura a la basura?
La curul 251 a la corte
Todo indica que la disputa por la curul 251, la que le daría al bloque PRI-Verde-Panal una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, se va a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y es que aunque el panista Fernando Larrazabal ganó el round de ayer al lograr que el Tribunal Electoral revocara la orden que le exigía volver a la Alcaldía de Monterrey, la pelea con el priista Aldo Fasci no termina.
El fundamento de la resolución de ayer fue que la instrucción de su regreso fue dada al munícipe por un Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, y no uno en material electoral.
Sin embargo, a esta pelea le faltan uno o dos rounds para que alguien pueda declararse victorioso. Y júrenlo que el PRI le está apostando el resto con decenas de abogados dedicados en cuerpo y alma a buscar arrebatarle al PAN la ansiada curul.
De acuerdo con los involucrados en el tema, el quid del asunto está en que al tener dos órdenes de dos diferentes tribunales del Poder Judicial que se contradicen, existe el llamado “conflicto de tesis”.
Y ante un conflicto así, la decisión se va a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y es ahí donde terminará de decidirse si el Congreso se mantiene o no bajo control y tutela de los tricolores y sus aliados.
La estratégica maestra
De nuevo Elba Esther Gordillo se convierte en fiel de la balanza. Sin sus 10 diputados del Panal, no hay forma de que la mancuerna PRI-Verde logre mayoría en el Congreso.
¿Será por eso que ya está sentada con Enrique Peña Nieto negociando de nuevo la Subsecretaría de Educación, la Lotería y el ISSSTE?