El exlíder nacional del PAN, Gustavo Madero, salió en la defensa del registro de Lucero Sánchez como diputada local en Sinaloa. La defensa de Madero parece más que una protección a la diputada vinculada con “El Chapo” o a los procesos del partido una defensa de él mismo. Según la lógica de Madero, si logras brincarte todos los filtros y después cometes un delito ya no es culpa de nadie. ¿Si no es culpa de nadie por qué ahora su delfín Ricardo Anaya busca con vehemencia el desafuero de la diputada? La verdad es que todo pareciera que el caso de la legisladora esconde algo más y por eso los liderazgos albiazules salen a decir “un dos tres por mí”. Como una salvación personal.
Poder divino
En Tabasco todavía resuena el eco del “Peje Redentor”. Esta semana Andrés Manuel López Obrador acudió a Tabasco para apoyar a su candidato en la elección extraordinaria de Centro, y aprovechó para recibir en Morena a Evaristo Hernández Cruz, expriista que fue candidato en esa misma elección en 2015. Entonces, López Obrador lo acusó de corrupto: “El candidato del PRI, ya saben ustedes quién es, es el corrupto, el tal Evaristo”. Ahora, como si hubiera tenido una revelación divina, “El Peje” perdonó todos los pecados de Hernández y lo presumió como nuevo integrante de su partido. “Él ha tomado la decisión de sumarse a esta lucha y eso lo exonera. Todo el que está en el PRI y decide pasarse a Morena y se arrepiente de todo lo que pudo haber hecho mal, nosotros pensamos que se le debe perdonar. ¿Entonces está perdonado Evaristo? Cómo no, al momento que se sale del PRI, se limpió”, absolvió López Obrador. Así, “El Peje” se convirtió en el redentor que perdonó con su verbo todos los pecados del expriista en el tribunal de la corrupción.
Una polémica más
Ahora que los líderes del PAN y el PRD propusieron que haya un método más refinado y útil para investigar que los candidatos no tengan nexos con el narcotráfico, la PGR les dio un puntillazo. La dependencia dijo en un comunicado que no se puede investigar a los aspirantes así nada más por sus pistolas, que se requiere una querella. O sea, que la flamante propuesta se está diluyendo porque ni la Comisión Bicameral en el Congreso tiene funciones para hacer esa chamba y la PGR no puede actuar de oficio contra todos los que aspiran a un puesto de elección popular. El proyecto va que vuela para ser un triste recuerdo.
