La insoportable “Gravedad” del cine mexicano

El Globo de Oro que recibió Alfonso Cuarón de parte de la prensa extranjera que trabaja en Hollywood es, sin duda, un merecido reconocimiento a la voluntad, a la creatividad y al trabajo del cineasta mexicano.

Desde sus pininos en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM se vislumbraba a un hombre comprometido con su profesión y con el tiempo que le tocó vivir.

Juan Carlos Altamirano Juan Carlos Altamirano Publicado el
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El Globo de Oro que recibió Alfonso Cuarón de parte de la prensa extranjera que trabaja en Hollywood es, sin duda, un merecido reconocimiento a la voluntad, a la creatividad y al trabajo del cineasta mexicano.

Desde sus pininos en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM se vislumbraba a un hombre comprometido con su profesión y con el tiempo que le tocó vivir.

Lo demostró en su primer cortometraje “Vengeance is mine” (1983), por supuesto en la deliciosas: “Sólo con tu pareja” (1991) , “Y tu mamá también” (2001), hasta su excelente trabajo en “Children of men” (2006) y “Gravity” (2013).

A pesar de que compartimos el gusto por el premio que recibió nuestro compatriota, es oportuno mencionar que el cine mexicano, no “Gravity” –pues esa cinta se hizo con presupuesto norteamericano con empleados de los sindicatos de la industria cinematográfica de aquél país–, pasa por una de sus peores etapas. Nos referimos al cine pensado, producido, distribuido y exhibido en México.

En contraste con el gozo que miles de fanáticos desbordaron a través de redes sociales, y que los llevó a publicar frases como: #felicidadescuaron y #cinemexicano, la cruda “Gravedad” es que el presupuesto destinado a hacer cine en nuestro país, sufrió uno de los recortes más significativos de los últimos años.

Margarita Saldaña, diputada federal, presidenta de la Comisión de Cultura y Cinematografía en la LXII Legislatura, afirmó que algunas instituciones recibirán menos, entre ellas: El Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Mexicano de Cinematografía, la Cineteca Nacional, Canal 22, Radio Educación, Educal, así como el propio Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

“A corto plazo, el IMCINE se mantendrá como institución burocrática, pero sin dinero para operar las funciones que la ley le marca” comenta Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores y Realizadores de Obras Audiovisuales.

De acuerdo con datos del mismo Ugalde, en 2012, el presupuesto a IMCINE fue de 523.8 mdp, en 2013 de 374.6, y en 2014 será de 343.4 mdp.

Es decir, del último año de gobierno panista, al segundo año del regreso del PRI a la administración pública federal, el monto destinado a producir cine mexicano se vino abajo casi en un 40 por ciento.

Dato curioso, en el sexenio de Felipe Calderón, el presupuesto al cine fue de casi 4 mil mdp, repartidos en los distintos fondos como el Eficine, Fidecine, Foprocine, y un fondo especial creado en el marco de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, administrado por los Estudios Churubusco, nada mal para una visión “conservadora”.

Ugalde, que forma parte del Consejo Asesor de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, pidió a las autoridades que rectifiquen su posición con IMCINE.

El mismo Alfonso Cuarón, en entrevista publicada recientemente por la revista Forbes asegura: “Quitarle presupuesto a lo que los hace ir a la alta es contradictorio. La creatividad es incómoda porque no es un producto inmediato, es una inversión a futuro y vivimos en una sociedad donde las ganancias tienen que ser inmediatas, donde las autoridades piensan: ‘¿Qué política me va a dar invertirle a las ideas de un chavo?’”.

Grave pero cierto. Es la insoportable “Gravedad” del cine mexicano.

 

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