La vida en tinieblas
Mejor apodo no podría tener el maravilloso Miles Davis, a quien se le refería como “El príncipe de las tinieblas”. Su vida fue tan nebulosa y ambigua que se podría decir que la trompeta hablaba por él, en su soledad, en su tristeza, en su constante vórtice de adicciones y en el desamor. El actor […]
Hidalgo NeiraMejor apodo no podría tener el maravilloso Miles Davis, a quien se le refería como “El príncipe de las tinieblas”.
Su vida fue tan nebulosa y ambigua que se podría decir que la trompeta hablaba por él, en su soledad, en su tristeza, en su constante vórtice de adicciones y en el desamor.
El actor Don Cheadle decidió explorar la vida de Miles Davis en “Miles ahead”, cinta del 2015 que nunca circuló en salas mexicanas y en la que el histrión interpreta al músico oriundo de Alton, Illinois, en un momento de su carrera en que los excesos y la falta de inspiración en el jazzista inundaron su cotidianeidad.
Cheadle también aprovechó para debutar como director con este largometraje, el cual no busca ser una película biográfica al pié de la letra, sino un anecdotario de Davis que muestra cómo los procesos musicales y creativos afectaron la vida del trompetista.
Para poder usar los temas e imagen del jazzista, Cheadle tuvo que acudir a la familia del fallecido músico, quienes discutieron con el actor qué tipo de película hacer. Y fue hasta que él se sintió convencido de personificar una faceta de Miles poco conocida y darle un rasgo gansteril al afroamericano que se aceptó hacer el proyecto por mutuo acuerdo.
Sostener la producción a flote no fue tarea sencilla, ya que hasta tuvieron que aplicar a Indiegogo (una plataforma de crowdfunding) y Cheadle invitó a Ewan McGregor a ser su coprotagonista y así levantar el filme en taquilla.
Aún y con todo el espíritu enaltecido para hacer un gran homenaje a Miles, el largometraje apenas recaudó 5 millones de dólares.
El cineasta apunta certeramente al iniciar “Miles ahead” como si fuera una entrevista al compositor, en la que de hecho se hace referencia a una conversación que Miles tuvo con un reportero en la vida real.
“Para la mayor parte el jazz en los últimos años se ha hecho mainstream en la música estadounidense ¿usted lo cree?”, preguntó un periodista en 1982 a Miles, quien responde “no me gusta la palabra jazz”, a lo que el entrevistador remata “¿no? ¿cómo le llamaría?” y el intérprete dice “Yo creo que música social”.
“Miles ahead” es una mirada ficticia al jazzista, un ángulo inexplorado del hombre que vivo a las sombras de su éxito, con un toque spicy/romántico, casi como haciendo de Miles un héroe de acción inexistente, arriesgando siempre el todo por la música.