Es increíble, pero para esta Cuarta Transformación (4T) es más importante remodelar un estadio de beisbol que invertir en infraestructura hospitalaria para atender la crisis sanitaria.
La semana pasada Morena rechazó un punto de acuerdo de urgente resolución que presenté en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. El objetivo es que los 89 millones de pesos de los impuestos de los mexicanos destinados a la renovación del estadio de beisbol de las Guacamayas de Palenque, se reasignen a servicios de salud que atienden a pacientes con COVID-19, ante los contagios y hospitalizaciones que han aumentado dramáticamente en el país.
Hoy millones de mexicanos no tienen empleo, no hay dinero para equipar hospitales ni medicamentos para los niños con cáncer, sin embargo, el presidente de la República gasta los recursos públicos en el estadio de beisbol de su hermano y peor aún, sus legisladores morenistas le solapan todo, es un acto inhumano y antiético.
Es una vergüenza que ante la situación que vivimos por la pandemia, el gobierno de México sólo haya destinado el 2.5 por ciento del PIB cuando somos el cuarto lugar en defunciones al sumar 137 mil 916 personas fallecidas, el séptimo lugar en mortalidad al morir 100.8 personas por cada 100 mil habitantes.
Lamentablemente lo mismo sucede con la Ciudad de México, la ausencia de sentido común y la falta de priorizar lo importante. No es posible lo que sucede hoy con el Sistema de Transporte Colectivo Metro, el cual es el medio en el que se movilizan 4.6 millones de personas diariamente, siendo una de las redes más grandes del país y considerada también como una de las más extensas en el mundo. Desafortunadamente, la actual administración capitalina, encabezada por Claudia Sheinbaum, no ha entendido la importancia de este medio de transporte y ha sido negligente en el mantenimiento mayor de esta red.
La directora del Metro, Florencia Serranía, ha mencionado que dentro de sus facultades no se encuentra el mantenimiento de esta red, sin embargo, tras quedar acéfala el área general de mantenimiento, ella misma se autoproclamó autoridad en la materia. Su ahora negativa de hacerse responsable de lo ocurrido este fin de semana, denota su falta de compromiso con la seguridad de los capitalinos y su falta de ética como servidora pública.
Es necesario que el gobierno priorice en atender las necesidades de los mexicanos, al final los recursos que utilizan es dinero de todas y todos.