Se los dijo el presidente Enrique Peña Nieto primero: “La ley no se negocia”. Luego, su único interlocutor, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong: “La reforma no está a discusión”. Los maestros de la CNTE no lo pueden tener más claro. Su principal petición no puede ser atendida. ¿Qué pasará ahora? Porque en lo que sí hay que ser muy claros es que piden negociar pero no dan nada a cambio. Ayer ya la Sedesol alertó por el posible desabasto de víveres en Oaxaca.
El adelantado
Graco Ramírez ya se vio. Ahora dice que él y sólo él puede ser el candidato que una al PAN y al PRD, e inclusive a otros partidos de oposición para la sucesión en el 2018. Adelantado, el gobernador no sabe que tanto en el PAN como en el PRD falta una cruenta lucha para poder obtener esa candidatura. Sería mejor que el mandatario atendiera los graves problemas de seguridad que siguen golpeando al estado y ya luego en sus ratos libres piense en lo que sucederá dentro de dos años.
Problema a la vista
El Movimiento por la Igualdad en México interpuso una queja ante el Conapred contra Ramón Castro Castro, obispo católico en la Diócesis de Cuernavaca. La agrupación integrada por organizaciones y activistas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI) -agarre aire, lector- expuso que el prelado convocó y participó el 21 de mayo en la “Segunda Marcha por la Paz”, donde reprochó a los diputados de Morelos la aprobación de la reforma que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Se le van a poner las cosas color de hormiga al obispo.