Vaya costumbre de los políticos en México. La subsecretaria de Derechos Humanos, Lía Limón, aventó la cuchara para irse por una diputación plurinominal del Partido Verde.
La ahora exfuncionaria dejó colgado el proyecto de nombrar a dos de los siete consejeros de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas. Otro pendiente de la expanista y expriista –al mismo tiempo– es el titular de la Unidad de Derechos Humanos de la Segob que se encarga del mecanismo de protección a periodistas.
No sólo eso, para echarle sal y completar el dúo, Limón dará muestra de lo fugaz que puede ser el paso de una persona por tres de las instituciones políticas del país, ya que llegó hace dos años a la Secretaría de Gobernación cuando abandonó el PAN, hizo tricolor su azul carrera y ahora la pinta de verde. La ventaja es que este último color combina con su apellido, porque de ideología política mejor ni hablamos.
Antipanista con fuero
La abogada Talía Vázquez Alatorre, quien denunció al senador panista Roberto Gil por presuntamente recibir miles de dólares para gestionar en la Secretaría de Gobernación cuando era secretario particular del expresidente Felipe Calderón, ya tiene fuero.
En aquellos días cuando hizo los señalamientos se le vino el mundo encima pues el presidente de la Comisión de Justicia en el Senado la demandó por difamación. La abogada argumentó que estaban en terreno desigual pues Gil tenía fuero y ella no. Finalmente el proceso lo ganó el legislador y ella impugnó, siempre alegando la desigualdad entre ambos.
Pero ayer Vázquez Alatorre tomó protesta como diputada local del PRD en Michoacán y llegó con esa extraña práctica con la que llegan a ser legisladores todos, pues era suplente de su hermana. Ahora ya tiene fuero que la proteja.
Ella se ha distinguido por hablar sin pelos en la lengua, así que es probable que los próximos días para Roberto Gil no sean precisamente un día de campo.
El opositor a Medina Mora
Para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, dice el popular refrán. Aplica perfecto para el Senador de Morena, Mario Delgado, que de la noche a la mañana se convirtió en el principal detractor de la candidatura de Eduardo Medina Mora a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Ahora sí que haciéndole la chamba a su expartido el PRD, ya anunció que son al menos 20 mil firmas que hay de opositores al exprocurador general de la República. Es una buena manera de distraer la atención que desde hace meses pesa sobre su sombra y la de su exjefe, Marcelo Ebrard, por las irregularidades de la Línea 12 del Metro.
Lo malo para Delgado es que el próximo martes se resuelve quién será el próximo ministro de la SCJN y se le acabará el tema.