No hay imagen disponible

Los amantes eternos

“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que […]

“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto”.

Julio Cortázar – Rayuela.

La música, como el amor, al traducirse en un lenguaje verbal queda limitado a la interpretación personal, se le enjaula en palabras que se vuelven cortas a la expresividad que manifiesta en su libertad sin cauce, ya sea en su naturaleza melódica, en la pulsión o hado incierto. ¿Cómo podría cuantificarse realmente el cariño? ¿Una composición musical se vuelve universal al transmitir la misma emocionalidad a quienes la escuchan? ¿Dónde está la empatía y sincronía entre los amantes cuando persiste el arrebato de los impulsos que ciegan ante la cólera y el dolor?

Cuando esa persona única llega a nuestra vida, algo cambia por completo, jamás volvemos a ser iguales, es un golpe radical que sacude con violencia y cimbra hasta lo más profundo del ser, pero en el fondo existe la certeza.

Un compositor prodigio, una joven fugitiva y el escenario gélido de una Europa dividida, convulsa entre el estalinismo y el frente liberal democrático, ahí se teje la pasión que sueña con libertad, pero al tentar el escape, el albedrío se convierte en duda y desasosiego.

Este conjunto de ideas es lo que amalgama la historia de Guerra fría, filme del polaco Pawel Pawlikowski, que es hasta ahora, su largometraje más personal, realizado en blanco y negro y que va por el Oscar a Mejor Película Extranjera.

El reconocimiento para Pawlikowski inició en Cannes, donde se estrenó la cinta y obtuvo una ovación de pie por 18 minutos, y es que el cineasta convirtió la anécdota del querer de sus padres en un tema universal, que trasciende el tiempo y el idioma.

La película llega a la cartelera nacional, antes de que se decida su futuro en los premios de la Academia, donde también contiende por Mejor Cinefotografía y Mejor Dirección para Pawlikowski.

En el tórrido romance a cuadro, sólo queda un último pacto, unirse en un eterno sueño y en la paz que ofrece el silencio del habla de los corazones enamorados.

Te puede interesar
CELULOIDE Elvis: Entre luces y sombras Querido por millones, imitado por miles, igualado por nadie, ese fue Elvis Presley, el primer y único “Rey del rock & roll” y del que mucho se ha hablado, pero poco se ha profundizado en su vida. Ahora, el cineasta Baz Luhrmann se atreve a hacer una película acerca de este ícono pop, que ha […]
CELULOIDE La distopía prometida El futuro, esta bella palabra que engloba misterio, incertidumbre y esperanza…al tener su origen en el latín futurum, tengo entendido (perdón, no soy experto en lenguaje) que se deriva del verbo ser, y su traducción más directa sería “lo que ha de ser”. Hace 40 años, Ridley Scott estrenaba Blade Runner, en 1982, una visión […]
CELULOIDE ‘These violent delights have violent ends’ “Quien a hierro mata, a hierro muere”, “la violencia engendra violencia” o, si nos ponemos poéticos, como escribió William Shakespeare en Romeo y Julieta en el Acto II, escena VI, “Estos placeres violentos, tienen finales violentos”, lema recurrente en la serie Westworld, que recién estrenó cuarta temporada. ¿Saben cuál es la belleza además de esa […]