Los irreverentes de DC
Hay un punto en el que la perversión se vuelve una moda, el que ser un freak parece que está bien ante los demás y que al parecer, el ser delincuente, sociópata o marginado es lo de hoy.
Además de la tendencia que enmarca a la sociedad enferma mundial, hay ficciones que refrendan la idea de que está bien ser un criminal zafado de la cabeza, y el ejemplo llega con “Escuadrón suicida” que sigue el universo cinematográfico de DC Cómics, justo donde terminó “Batman v. Superman: El origen de la justicia” (2016).
Hidalgo NeiraHay un punto en el que la perversión se vuelve una moda, el que ser un freak parece que está bien ante los demás y que al parecer, el ser delincuente, sociópata o marginado es lo de hoy.
Además de la tendencia que enmarca a la sociedad enferma mundial, hay ficciones que refrendan la idea de que está bien ser un criminal zafado de la cabeza, y el ejemplo llega con “Escuadrón suicida” que sigue el universo cinematográfico de DC Cómics, justo donde terminó “Batman v. Superman: El origen de la justicia” (2016).
La irreverencia es el ingrediente máximo de esta película de acción basada en los villanos de DC, una suerte de “Deadpool” (2016) pero del vecino editorial, y aunque los personajes nunca rompen la cuarta pared, sí se sienten los reyes del absurdo a cuadro en su realidad ficticia.
Algo que acompasa certeramente la historia es la acorde selección musical de canciones ya clásicas y recordadas por el oído promedio de los cinéfilos, ya que el filme arranca con “The house of the rising sun” de The Animals, los créditos iniciales son presentados con “Sympathy for the devil” del cuarteto londinense The Rolling Stones, entre más piezas musicales presentes.
La locura del reparto llegaba a tal grado en el set, que Jared Leto permanecía en el personaje del Joker entre toma y toma, haciéndoles llegar regalos sorpresa a sus compañeros como una rata a Margot Robbie –quien interpreta a Harley Quinn, su interés amoroso– o balas para Will Smith que toma la identidad de Deadshot.
Además, la mayoría de los actores y las personas de la producción se tatuaron “SKWAD” a manera de tributo a la cinta, estos tatuajes fueron hechos inclusive por Cara Delevingne, Robbie y Smith, ejemplo de esto sobrevive en Instagram y los distintos perfiles de los histriones.
La influencia que México ejerce sobre la producción es clara, aunque de manera silenciosa, ya que Leto ha declarado que buscó inspiración en la personificación de chamanes y capos de cárteles mexicanos para hacer el rol del némesis de Batman.
Esta herencia también se percibe en Chato Santana quien es interpretado por Jay Hernandez y es mejor conocido con el mote de “El Diablo en los cómics de DC”. En distintas partes del largometraje Santana habla un claro español, sin medir el lenguaje, como cuando al dirigirse al oponente del filme le grita un “¡Ya te chingaste cabrón!”.
“Escuadrón suicida” satisface al público que desea acción desmedida, irreverencia a cuadro y sobretodo una dosis de humor ácido basado en cómics, sin embargo sí deja la moneda en el aire de qué tanto se pueden creer las nuevas generaciones estos estereotipos, para ver si no salen a las calles queriendo ser pandilleros con finta de bribones al borde de la locura.
Todavía no se estrena la cinta, y ya se habla de una secuela, más un spin off para Harley Quinn.
Habrá que esperar si esta producción levanta más que “Batman v. Superman”, y si logra superar el estigma de que es una película sólo para fanáticos del cómic.