El exgobernador panista, senador Ernesto Ruffo, reconoció ayer que fue mal negocio haberle apostado a Josefina Vázquez Mota para devolver al PAN algo del prestigio, la dignidad y la honestidad que el albiazul llegó a tener en el pasado.
Y es que la decisión de la excandidata no solo decepcionó a varios de los que la apoyaron, sino que además provocó la disolución del grupo “Panistas por México”.
Ahora cada uno de los notables que integraban este grupo, jalará por su lado.
Al que a dos amos sirve
Para acabarla de amolar, la excandidata panista a la presidencia de la República no solo quedó mal con el grupo de panistas a los que dejó colgados, sino que además fracasó en su tentativa de quedar bien con tirios y troyanos.
Nada más para empezar, el presidente de la comisión organizadora de las elecciones del PAN, Francisco Gárate, dijo que las afirmaciones de Josefina Vázquez Mota carecen de sustento porque el padrón panista, según Gárate, es confiable.
Salvando a Morelia
No se puede negar que con la detención de “El Chapo” Guzmán, muchos salieron afectados.
Entre otros, los que controlan los grupos de autodefensas del estado de Michoacán, y hasta el propio comisionado Alfredo Castillo, ya que por la captura de Joaquín Guzmán, los protagonistas simplemente dejaron de ser la nota principal para pasar a un segundo plano.
De ahí que los mal pensados anden diciendo que eso de que las autodefensas tomarían la ciudad de Morelia pudiera haber sido la puesta en la escena para que el comisionado Alfredo Castillo apareciera como el salvador de la capital de Michoacán.
Y es que la intervención del comisionado Castillo resultó ser tan efectiva, que las tropas de “Papá Pitufo” decidieron suspender la toma de Morelia.
Si no se hacen modificaciones al guión, veremos que el comisionado Castillo convence a las autodefensas que regresen al buen camino, y sin la ayuda del padre Goyo.
Por cierto ¿por qué permitir que las autodefensas desfilen triunfantes en Apatzingán, e impedir que tomen la ciudad de Morelia?
El otro pacto
Aunque ninguno de los participantes asistió a la ceremonia en que se anunció el Acuerdo de Certidumbre Tributaria, seguramente al sector empresarial aplaudirá la medida.
Y es que no se pude hablar de una planeación financiera y fiscal en serio, en las empresas, si cada año se tiene que pedir la intervención de San Judas Tadeo para exorcizar las ocurrencias de algunos genios de Hacienda.
Ya ve usted cómo les fue a los empresarios con la ocurrencia del IETU.
