Más Bourne ¡Por favor!

Sin considerar que “Identidad desconocida” (2002) pudiera convertirse en una franquicia, Matt Damon encarnó a Jason Bourne, al lado de Franka Potente, el espía sin memoria de la Agencia Central de

Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

Nadie hubiera imaginado que 14 años después su personaje todavía daría batalla y más aún que luego de completar la trilogía en 2007, a casi una década, volvería a interpretar al hombre que ahora es un renegado de la justicia y que le dio un propósito como parte del cuerpo de inteligencia secreta.

Hidalgo Neira Hidalgo Neira Publicado el
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Sin considerar que “Identidad desconocida” (2002) pudiera convertirse en una franquicia, Matt Damon encarnó a Jason Bourne, al lado de Franka Potente, el espía sin memoria de la Agencia Central de

Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos.

Nadie hubiera imaginado que 14 años después su personaje todavía daría batalla y más aún que luego de completar la trilogía en 2007, a casi una década, volvería a interpretar al hombre que ahora es un renegado de la justicia y que le dio un propósito como parte del cuerpo de inteligencia secreta.

“Jason Bourne” es el regreso de Matt Damon junto con el director Paul Greengrass a esta saga que se vio tambaleante después de que Universal Pictures decidió explorar, en el spin-off “Bourne El Legado” del 2012, una historia adyacente sin el personaje central. A pesar de que no le fue mal en taquilla, la película restó gusto en los fanáticos de los primeros tres filmes.

Aunque claro que Damon ya se ve avejentado a cuadro, pero la dupla logró conservar el carácter que ambos formaron para la ficción desde que colaboraron en la secuela “La Supremacía de Bourne” del 2004, ya que el director original Doug Liman fue reemplazado por decisiones de producción.

Para entrar en materia, la nueva cinta se desarrolla en el descontento social reciente en Europa, ya que las primeras secuencias de acción se desenvuelven en Grecia, entre protestas contra el gobierno actual, acierto bien intencionado para meter fuego a las situaciones contemporáneas.

Los seguidores de la trilogía original se verán complacidos, ya que Greengrass desempolva la conexión directa que se dejó al final de “Bourne: El Ultimátum” (2007) y continúa desde ahí la historia del espía.

La fórmula ya fue probada en cada una de las pasadas entregas, y regresa para afianzar el gusto de los amantes del género de acción: persecuciones, peleas a mano armada, explosiones y adrenalina como ingrediente principal.

A pesar de que en el pasado terminaban de hacer cada largometraje sin volver al set, pero sí se dejaban los finales abiertos para tener la posibilidad del regreso de Bourne, en esta ocasión tampoco es la excepción.

La intención nunca fue tener a un hombre avejentado corriendo con un arma por las calles de Europa escapando de la CIA o enfrentando criminales internacionales, pero la suerte de Damon se convirtió en el James Bond contemporáneo sin remedio alguno.

¿Acaso queremos más Jason Bourne?

Para quienes son seguidores del género y la historia es una afirmativa segura, ya que al menos el equipo creativo sigue a bordo y se respeta el universo creado desde hace 14 años, cuando lo mismo no se puede decir de la franquicia “Misión: Imposible”, que a pesar de tener a Tom Cruise como el estelar, sus directores y escritores han cambiado de una cinta a otra, teniendo variantes discordantes en su temática.

Y sí, el sello de la firma sigue en pie al finalizar la cinta, Moby regresa con un remix de su tema “Extreme Ways” para darle ese abrazo de cariño a los cinéfilos que han seguido las andanzas de Bourne, así que nada de qué preocuparse, “Jason Bourne” sigue siendo Jason Bourne.

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